La búsqueda del pasado en un pueblo sin historia
Cuando intentamos encontrarnos con el pasado en la historia de los Moriles, éste se nos escapa y desaparece hundiéndose en la tierra como las raíces de una vieja cepa bajo la dura y blanca tosca de nuestras viñas buscando siempre lo más profundo. Moriles no posee ningún pasado glorioso, cargado de realizaciones brillantes ni de nombres ilustres. Moriles no posee historia, pero la historia de Moriles está ahí, en sus hombres y en sus viñas, pues el único vestigio del pasado que aparece constantemente en nuestro suelo son los restos humanos, los muertos sin nombre de un pasado oscuro y sin historia. Ya en 1.897, con motivo de unas excavaciones, aparecieron en Moriles unos esqueletos amontonados desordenadamente, presentando señales de violencia. Desgraciadamente ésta acompaña siempre al hombre aún en su existir más oscuro y desconocido. Ellos, los muertos, poseen ya la tierra que nosotros aún pisamos. Y ellos son ya historia de nuestro pueblo.
Y esta tierra, mezcla de cal, arcilla, y yeso, sudor y sufrimientos humanos, nos llama y nos atrae hacia ella con una especie de fatalidad telúrica. ¿Quién no ha sentido a veces la extraña sensación de haber vivido ya antes en otro momento del pasado, o de estar reviviendo situaciones y repitiendo hechos ya vividos en otra vida anterior? Es como si la tierra nos tuviese prisioneros, encerrados en un "eterno retorno", condenados a volver una y otra vez al lugar de nuestro origen. Volver a nuestras raíces.
Es verdad que de esas raíces del pasado arranca la historia de nuestro pueblo. Pero el pasado solo no hace historia si no se proyecta hacia el futuro. No podemos dejarlo enterrado como aquellos muertos sin nombre. La historia de Moriles está en sus hombres, decía antes, y en ellos no vamos a encontrar hechos gloriosos ni nombres ilustres, pero para nosotros cada una de "las pequeñas historias" que oíamos contar cuando niños de boca de nuestros abuelos, están cargadas de una humanidad tremenda y nos calaban profundamente como si hubiese sido algo vivido por nosotros mismos. Es la vuelta a las raíces de que hablaba antes.
Moriles no tiene historia, pero entre todos poseemos recuerdos, datos, anécdotas, tradiciones o documentos, y entre todos podemos "contar" la historia de nuestro pueblo. Bien es verdad que Moriles más que una historia de un pasado lo que necesita es un buen proyecto de futuro, pero también es cierto que conociendo nuestro pasado estaremos mejor preparados para proyectarnos de verdad en el mundo actual, para hacer nuestra historia como pueblo; y Moriles bien merece una historia.
Antonio CORTES CORTES
Cronista Oficial de Moriles
(Publicado en "Moriles", Revista de Feria 1984. Págs. 13 y 14)
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