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viernes, 30 de octubre de 2009

MORILES, Periódico Municipal de Información


Así apareció el primer número del Periódico Municipal de Información, en noviembre de 1984. 25 años después lo vamos a recordar con algunos artículos sobre historia de Moriles.

sábado, 17 de octubre de 2009

Aspectos sanitarios en Moriles, de la Dictadura de Primo de Rivera a la 2ª República (1923-1931)

Antonio Cortés Cortés – Cronista Local

Releyendo un artículo publicado por María Rafaela Román Sánchez en la Revista de Feria de 1989, Una “Vecina Forastera” habla de Moriles, planteando interesantísimas cuestiones sobre la sanidad local y sus repercusiones en los aspectos demográficos, me he animado a exponer de forma somera las carencias sanitarias que ha padecido nuestro pueblo y las soluciones que se le van a ir dando durante los casi siete años que va a durar el Régimen de Primo de Rivera. Todo ello según los libros de Actas de Plenos y de la Junta Municipal.

La población de Moriles ha venido soportando la gran carencia asistencial sanitaria propia de las zonas rurales más deprimidas desde la aparición de los primeros núcleos de jornaleros y aparceros residentes (finales del siglo XVIII) hasta su consolidación como aldea de Zapateros y pedanía del término municipal de Aguilar. En las décadas centrales del siglo XIX se señala una disminución de población que, más que a factores migratorios, parece que estaba unida a factores de asistencia sanitaria durante la epidemia de cólera que recorrió la comarca. Tuvo también que afrontar una epidemia de viruela y otra más de cólera a lo largo de las dos últimas décadas del mismo siglo cuando su población alcanzaba ya el millar de habitantes (1). La proximidad de la Laguna del Rincón, la abundancia de charcas y humedales en los alrededores del casco urbano, la ausencia de alcantarillado, la proliferación de letrinas y pozos ciegos, han marcado una situación de propensión a todo tipo de infecciones, y todo ello unido a la carencia de lo más básico en asistencia sanitaria (médico, farmacia, veterinario, matrona). A partir de su emancipación de Aguilar en 1913, otras plagas y epidemias afectan a la población: triquinosis en 1914,difteria, rabia, tifus, escarlatina y viruela, a partir de 1918. No será hasta mediados los años veinte, en plena Dictadura de Primo de Rivera, cuando Moriles tome conciencia de sí mismo como población e inicie su despegue incorporándose a la vida moderna de los municipios colindantes. En septiembre de 1923 contaba ya la localidad con 2.218 habitantes, y en marzo de 1931 la población había aumentado a 3.224, lo que supuso un incremento de población superior al 45% en los siete años del Régimen de Miguel Primo de Rivera, incremento que suponemos fue unido a los progresos urbanísticos, sanitarios y económicos de la población.

El Ayuntamiento de la Dictadura quedó constituido el martes 2 de octubre de 1923 bajo la presidencia del Comandante de Puesto de la Guardia Civil, don Ildefonso Fernández Blanco, como autoridad militar, con asistencia de la anterior Corporación que cesó en sus cargos en dicho acto, retirándose del mismo. A continuación tomaron posesión los nuevos Vocales Asociados: Alcalde, Francisco Chacón Fernández. Tenientes de Alcalde, Nicolás Molina Jerez y Víctor Manuel Fernández Osuna. Depositario, Pedro Cortés Arjona. Síndico, Francisco Leiva Fernández. Interventor, José Ramírez Atienza. Regidores, Francisco Cortés Fernández, Pablo Martínez Borrego y Francisco Doblas Cardeñosa. En el Acta de dicha Sesión se transcriben todos los documento leídos en ella.

No se hicieron esperar las Reformas sanitarias del Directorio y el 11 del mismo mes se lee una Circular del Gobierno Civil con las normas de higiene y sanidad que había que adoptar en la localidad: extinguir todos los focos de infección y obligar a los industriales y comerciantes a cumplir las normas higiénicas sobre productos alimenticios. En la sesión del viernes 25 de enero de 1924 se lee la comunicación nº 24 de fecha 22-01-24 de la Diputación con datos sobre la situación de la localidad: necesidad de una carretera que una Moriles con Puente Genil; ausencia de caminos vecinales terminados; carencia de teléfono y telégrafo; existencia de una sola escuela oficial de cada sexo, para una población de 225 niños y 192 niñas en edad escolar; presencia de enfermedades endémicas y enfermedades intestinales, y ausencia de centros hospitalarios. Por último, el Delegado gubernativo del nuevo Partido, Unión Patriótica, preside el pleno del día 31 de enero de 1924 para posesionar al nuevo Alcalde Juan López Fernández y en él pide la reorganización de las Juntas de Sanidad, Instrucción y Reformas Sociales.

A partir de entonces son continuas las obras de arreglo, saneamiento, limpieza y desinfección de lugares como el cementerio, la fuente pública, el abrevadero, el pozo y el matadero público. En diciembre de 1923 se contrata un empleado (barrendero) para mantener limpios los alrededores de la Fuente pública y otros lugares del pueblo necesitados de limpieza. En este sentido es importante la decisión de la Junta de Sanidad del 7 de junio de 1924 de emprender “una activa y general campaña de saneamiento e higiene en toda la población y alrededores.” Así, en octubre del 24 se procede a la desecación de algunas charcas dentro del casco urbano por considerarlas focos de infección. Especial importancia tienen las obras de infraestructura que se acometen a partir de entonces en todo el municipio de empedrado y arrecifado de calles y aceras y construcción de cunetas y caños de alcantarilla para el desagüe de aguas residuales. El presupuesto de 1924-1925 destina 9.000 pesetas (el 27 % del total) a estas Obras Públicas. Durante estos años las calles Tejar, Plaza de abastos, Horno, Pasaje, Gómez de la Serna, Fernández Jiménez, el Paseo , Alcalá Zamora, García de Leaniz y Camino del Cementerio, entre otras, estrenan empedrado, acerado o cunetas y alcantarillas, mejorando el aspecto y la situación higiénica del municipio. Por otro lado se construye la carretera de Moriles a Puente Genil y se amplían y terminan los caminos vecinales; se amplía la red eléctrica y se instala por primera vez el teléfono.

Pero la principal carencia local era la de personal sanitario, siempre insuficiente cuando no, inexistente. El puesto de veterinario e Inspector de higiene y sanidad pecuaria, lo venía desempeñando de forma interina el de Aguilar, pero como resultaba caro, a veces lo ejercía un vecino del pueblo. A raíz de la citada Circular del Gobierno Civil, el 11 de octubre de 1923 es separado de este cargo el vecino Pedro Rodríguez Bergillos “por no estar cualificado legalmente para ello”. Entre las obligaciones del veterinario de Aguilar estaban las de estar presente en las matanzas los lunes, miércoles y sábados, originando continuos problemas por los desplazamientos de éste, lo que aconsejó nombrar un veterinario residente, cargo que asumió Manuel Luque Pérez en mayo de 1924. En octubre de 1927, ocupa la plaza como veterinario titular, Andrés Olaegui Bascón, de la Rambla, quien dimitirá por motivos de salud dos meses más tarde. En diciembre de 1928 se recibe la visita del Subdelegado de Veterinaria del Partido con instrucciones concretas sobre este importante cargo para la sanidad local. El 7 de marzo de 1929 es nombrado como titular don Rafael Mena Costi quien tuvo que ser requerido a fijar su residencia en el municipio. Éste no cumplió el requerimiento y en junio del mismo año renunció al cargo, acto que fue tomado como “abandono del servicio” por lo que fue amonestado y sancionado. En agosto se nombra un nuevo Veterinario interino, Francisco Galán Nadales, quien renuncia igualmente en enero de 1930 “por exceso de trabajo”. Le sustituye como interino Antonio Galán Pérez. En noviembre de 1930, teniendo en cuenta que el número de matanzas aumentaba considerablemente durante los meses de invierno, se nombra además un vigilante municipal durante esta época de matanzas.

El médico titular y Presidente de la Junta Municipal de Sanidad don José Torrecilla había renunciado al cargo coincidiendo con la aparición de la epidemia de tifus en abril de 1923. Se convoca concurso público y es nombrado don Agapito Soberado Soberón, también médico residente en la localidad. Ambos se verán enfrascados en continuas disputas durante la época. En marzo de 1925 don Agapito presenta un proyecto de médicos titulares en el que se contemplaría la creación de una nueva plaza titular. El mismo tema vuelve a plantearse en mayo de 1929 creándose una partida presupuestaria para ello y en julio es nombrado don Tomás Sese Ferreira. En octubre de 1925 se crean las plazas titulares de matrona, farmacéutico y practicante. La plaza de Farmacéutico quedará cubierta de forma estable y definitiva a principios de 1929 por don Juan Fernández Martínez y la de matrona en julio del mismo año por doña María Jesús Granados Gálvez. La plantilla del personal sanitario quedó así estabilizada.

Pero las epidemias y enfermedades endémicas no cesaban de hacer estragos en la localidad durante estos años, dejando de manifiesto la precaria situación de la sanidad en la población. En noviembre de 1921 se dan nuevos casos de rabia por mordedura de perros hidrófobos. En 1923 hacen su aparición el tifus, la escarlatina y la difteria. En marzo de 1925 aparece un caso de viruela en la posada de la calle Alta y en agosto del 27 es un guardia civil quien padece una enfermedad infecto-contagiosa en el cuartel.

El agua para el consumo, origen de tantos problemas sanitarios, venía obteniéndose de los pozos y de la fuente pública así como de algunos manantiales cercanos al casco urbano, sin control alguno sobre posibles contaminaciones. En enero de 1928 se envían muestras del agua para su análisis al Instituto Provincial de Higiene y en agoto de 1929, tras varias Circulares del Gobierno Civil sobre el tema, se plantea ya la necesidad de captación de aguas para el consumo doméstico y su canalización. Se encarga un proyecto al ingeniero don Miguel Cabrera Castro quien se inclina por hacer prospecciones en terrenos de los Calvillos y del Moril, propiedad de Francisco Reina Francés, pero se acuerda no hacer ningún contrato hasta ver clara la opinión del Ingeniero al respecto, por lo que la situación se va a ver paralizada por el momento. Otro proyecto relacionado con el agua para el consumo, que se inició poco después (marzo de 1930), fue el de la construcción de un nuevo lavadero público frente a la fuente, el pozo y el abrevadero, configurando así un rincón entrañable, el de la Plaza de la Fuente, en la memoria de los morileños hasta bien entradas las últimas décadas del siglo XX.

Por su valor testimonial, terminaré este esbozo mencionando la denuncia del médico dimisionario, residente en la localidad, don José Torrecilla Garagarza quien, amparándose en el R. D. de la Presidencia del Directorio Militar del 29-10-23 que facultaba a los mayores de edad a exponer quejas y reclamaciones municipales ante el Ayuntamiento, se enfrenta a la Junta de Sanidad y a su Presidente, don Agapito Soberado, denunciando la deficiente situación sanitaria y acusando a los responsables municipales de caciquismo y de jugar con la salud de los habitantes en su propio beneficio. Cito textualmente algunos párrafos de su intervención en las Sesiones del 8 y 17 de noviembre de 1923:

“Empiezo por pedir se abra expediente contra el anterior alcalde Juan López Fernández, por su negligencia y falta de celo, con ocasión de las epidemias de escarlatina y fiebre tifoidea que han existido en este pueblo, la primera desde noviembre del año pasado y la segunda desde enero del presente año... con lo cual no sólo cometió el atropello que supone tal proceder, sino que jugó con la salud del pueblo ...; habiendo ocurrido hasta muertes de personas a causa de dichas enfermedades, las que quizás se hubieran evitado de haberse tomado a tiempo las medidas sanitarias que las leyes vigentes y la ciencia aconsejan.”
“Felicito a este Ayuntamiento por el interés y acuerdos tomados por los Srs. Concejales que lo integran, creo que en la Sesión del 18 de octubre último, al tener conocimiento de la existencia en el pueblo de enfermos de difteria y les animo a que continúen velando por la salud del vecindario...”
“...la Junta Municipal de Sanidad, con no haberse vuelto a reunir en sesión desde el 19 de octubre pasado, dirigiendo principalmente mis censuras, por su negligencia y falta de celo, al Inspector Municipal de Sanidad, don Agapito Soberado Soberón, que no ha respondido (como es su deber por el cargo que ocupa) al estado de epidemia diftérica existente y pido que se reúna enseguida la Junta Municipal de Sanidad, así como la formación de expediente para depurar responsabilidades por lo que acabo de exponer.”
“Que siendo Moriles un pueblo de 2.218 habitantes, necesita una farmacia y un veterinario (Art. 93 y 95 de Instrc. De Sanidad)... Que el veterinario de Aguilar sale caro y no es completo su servicio.”
“Respecto al Bando del 15 de noviembre, presenta errores y está mal asesorado: es muy extremo y no conoce las condiciones del pueblo: sin alcantarillado, la Fuente y el lavadero público son escasos... Peligro de infección al arrojar las aguas fecales a letrinas y pozos ciegos por las fisuras y grietas tan abundantes en el terreno de Moriles.”
“... el estado de poca cultura que poseen sus habitantes. A parte de los señores maestros, el cura y los médicos, sólo hay dos personas que tengan alguna ilustración: El secretario Sr. Calles y el Juez Sr. Estrada. Lo que hace que se conviertan en mangoneadores y representantes de los políticos que el Directorio Militar barrió afortunadamente."

En las sesiones del 24 de noviembre y 1 de diciembre siguientes, el señor Torrecilla fue privado del uso de la palabra por la Presidencia por reiterativo en sus argumentos y abundar en ataques personales. Lo anecdótico de estas intervenciones, al más puro estilo del Manifiesto Regeneracionista de Primo de Rivera, ponen en evidencia la realidad local y los deseos de una parte de la población de que Moriles superase de una vez para siempre esas carencias que le venían marginando de los núcleos de población vecinos. De hecho, en noviembre de 1929, en un momento de cambios políticos que anunciaban el final de la Dictadura, Moriles solicita una Carta Municipal idéntica a la de Lucena “conforme a la conveniencia municipal en armonía con las condiciones de la localidad y de sus habitantes”. Moriles había conseguido la consolidación de su infraestructura urbanística y sanitaria y éstas habían impulsado la social y económica situándose a la altura de los municipios limítrofes. La red de carreteras y caminos vecinales también había logrado una notable mejoría facilitando las comunicaciones por carretera.

Pero la crisis de 1929 va a dar un nuevo giro a la sociedad. En enero de 1930 el Dictador presenta su renuncia al rey Alfonso XIII y el 12 de febrero la Corporación Municipal de Moriles, presidida por Cristóbal Bergillos Navarro, dimite en pleno a causa de “los cambios políticos que dejan desasistidas de autoridad a las Corporaciones”. Los problemas sociales habían cobrado prioridad y la población obrera de Moriles acude con esperanza a las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. El municipio tenía ya una población de 3.224 residentes y 11 concejales electos. El jueves 16 de abril se celebró sesión extraordinaria presidida por el Delegado Republicano Francisco Velasco Aguilar, en la que fue nombrado primer alcalde republicano Juan Antonio Servián Moreno y “acto seguido -como se lee en el Acta-, y por el repetido Sr. Delegado, quedó proclamada la República en este Ayuntamiento izándose en el balcón la bandera republicana”. Breves años de esperanza, truncados por una guerra civil que nos sumiría en el oscurantismo de casi cuarenta años de dictadura franquista. Pero ese será otro capítulo en la historia de Moriles.
(1)Antonio Maestre Ballesteros, Historia de la Aldea de Zapateros, Siglos XVII-XX, pp. 159-160 y 210-218

(Publicado en Revista de Feria, Moriles, octubre 2009, pág. 36)

El origen de Moriles en el recuerdo de Paula Contreras

En julio de 1984 (tenía entonces 73 años), Paula Contreras, accediendo a una petición mía, plasmaba sus primeros recuerdos sobre Moriles en una densa y amplia carta que, por su contenido, creo debo poner al alcance de todos los seguidores de este blog. La divido en cinco páginas según su contenido.