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martes, 20 de diciembre de 2016

MORILES DURANTE LA GUERRA CIVIL



Por Antonio Cortés Cortés

 1.    Antecedentes
Al comienzo de 1936 Moriles contaba con una población de 3.356 habitantes[1] pero la crisis del campo durante la República había sumido a 155 familias de la localidad en situación de pobreza declarada, según el Padrón de Beneficencia de 1935.[2] El jornal regulador se había establecido durante el bienio conservador en 4,50 pesetas y el Consistorio derechista presidido por Antonio Cuenca Agraz, del Partido Republicano Progresista,[3] había rechazado, a pesar de todo, la propuesta de la Delegación provincial de Trabajo de realizar una colecta entre los más pudientes del pueblo para paliar en lo posible el paro obrero.[4] La pobreza extrema de las familias de parados y la de los que debían malvivir con un jornal de 4,50 pesetas, configuraban una “población de trabajadores empobrecidos, obligados a la lucha diaria para subsistir” que dependían más de la caridad de algunas familias pudientes que de la justicia social o los servicios municipales.
Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936, Moriles vivió unos días de convulsión debido a la situación anómala creada en el Ayuntamiento. El Gobernador Civil, Antonio Rodríguez de León, de Unión Republicana, había repuesto a los concejales electos en las municipales de abril de 1931 pero el Secretario accidental, Miguel Estrada, se oponía a dicho nombramiento y, hasta el día 21 de marzo, coexistieron las dos corporaciones, la presidida por Antonio Cuenca Agraz que se resistía a abandonar el Cabildo y la del socialista electo en 1931, Antonio Hinojosa Gámez, nombrado por el Gobernador.[5] Esto debió provocar un aumento de la tensión política que se vivía en el pueblo y el Secretario accidental, señor Estrada, pidió una licencia para ausentarse de su trabajo. El mes de marzo se convoca en la localidad un mitin del partido comunista con todos los permisos y el beneplácito del Gobierno Civil, pero los oradores, Manuel Luque Corral y Antonio Rubio Martínez, fueron detenidos por la Benemérita acusados de haber proferido injurias contra el Cuerpo durante el mismo.
El Partido Socialista contaba con diez afiliados y su directiva estaba formada por Antonio Hinojosa Gómez, presidente; Cayetano Corredera Ruiz, vicepresidente; Francisco Llamas Muñoz, secretario; Miguel Cuenca Mármol, vicesecretario, y Fernando Carmona Córdoba, tesorero.[6]

2.    El Levantamiento
En esta situación se llegó al levantamiento golpista del 17 de julio en Marruecos, seguido con gran interés por los elementos derechistas de Córdoba, a través del militar y político José Cruz Conde, que pasaron reunidos aquella noche en el Círculo Mercantil de la capital. En Moriles, el Secretario, que gozaba de una licencia, se personó en Secretaría, en activo, ese mismo día 17.[7]
El 18, a las dos y media de la tarde, el Coronel Cascajo recibe una llamada de Queipo de Llano desde Sevilla con la orden de proclamar el bando de Guerra en la provincia. La pasividad del Gobernador Civil, convertida luego en complicidad con los rebeldes, facilitó que los golpistas se hicieran con el control de la capital. El nuevo Gobierno Civil, regido por el Capitán de Caballería José Marín Alcázar, pasó la noche del 18 de julio obligando a la insurrección, a golpe de teléfono y telégrafo, a los puestos de la Guardia Civil de la provincia, a fin de proclamar el bando de guerra con la incautación de Ayuntamientos, clausura de Centros Obreros y detención de sus dirigentes. Pero como dice Francisco Moreno Gómez, la insurrección en los pueblos de Córdoba no se debió sólo a la nueva autoridad militar que actuaba desde la capital, sino que las oligarquías de derechas de cada localidad “conocían detalles de la conspiración o habían participado en ella.” Suponemos que no fue diferente el caso de Moriles dada su relación con la familia Cruz Conde. La incautación de la mayoría de los Ayuntamientos de la provincia fue efectiva a partir del mismo domingo 19 de julio. En Moriles no hubo resistencia por la parte obrera y los concejales socialistas abandonaron sus cargos y huyeron quedando el Ayuntamiento en manos de la autoridad militar, el Comandante de Puesto Juan Cordón Arroyo.
Durante las primeras semanas del inicio de la guerra, Moriles vivirá la incertidumbre procedente de la vecina localidad de Puente Genil; la trágica y sangrienta lucha de las fuerzas obreras locales y un buen número de Guardias Civiles fieles al gobierno,  por mantener su lealtad a la República frente a las fuerzas burguesas rebeldes, suponían una amenaza para las familias acomodadas y derechistas de esta localidad. Según testimonios de personas mayores, cada vez que corrían rumores de revueltas o idas y venidas de camiones por la carretera que une las dos poblaciones, las mujeres de las familias más acomodadas o aquellas de tradición más católica o conservadora corrían a refugiarse en la iglesia. Un día de finales de julio o primeros de agosto, corrieron voces de que varios camiones con gente armada procedentes de Puente Genil se dirigían a Moriles. Tras angustiosa espera en la iglesia, alguien tranquilizó a las refugiadas y con razón: eran las tropas sublevadas al mando del Comandante Castejón que, llegadas de Sevilla, tenían la misión de reducir la escasa resistencia republicana que aún quedaba en la vecina localidad.

3.    Corporaciones
El martes, 4 de agosto, la autoridad militar de Moriles cede el gobierno local a una Gestora municipal.[8] El Acta de Constitución de dicha Gestora trata de justificar la legalidad de la misma aduciendo que se establece

“con el fin de normalizar la vida administrativa de este Municipio, al ausentarse de sus cargos los que componían este Ayuntamiento.”
"Siendo las 12 horas del día cuatro de agosto de 1936... y, siendo el Comandante de Puesto don Juan Cordón Arroyo... "

En ella toman posesión los cargos que van a llevar a cabo la represión y gestionar la difícil vida de la localidad en aquel primer mes de represalias:
Presidente, Miguel Fernández Luque
Vocales: José Chacón Gutiérrez, Rodrigo Varo Galindo, Manuel Fernández Calvillo, Antonio Miguel Bogas Corredera, José Sánchez Cantero y Antonio Agraz Fernández.
1er Teniente: Antonio Agraz Fernández
2º Teniente: Manuel Fernández Calvillo
Síndico: Antonio M. Bogas Corredera
La misión de esta esta Gestora fue de “reorganización y marcha administrativa y recaudatoria” pero se va a centrar más en depurar los cargos municipales de funcionarios y subalternos. El primer acuerdo municipal se dio al día siguiente con la destitución de los funcionarios que habían abandonado su puesto el lunes día 20 de julio como fue el caso del Escribiente temporero José González. Continúan Miguel Estrada, secretario; oficial 2º, Gabriel Gutiérrez; recaudador de arbitrios, Pablo Doblas, y el Portero Ordenanza, Pascual Mármol (Este último se ausentará el 18 de septiembre). Igualmente fueron cesados los subalternos que abandonaron su puesto el 20 de julio haciéndose nuevos nombramientos entre personas adictas al nuevo régimen: matarife, José A. Romera Carmona; Guarda Rural, Pedro Cortés Arjona; Municipal, Gregorio Alcalá González; serenos, Rafael Mármol Roldán y Francisco Jerez Humanes, y barrendero, Antonio Fernández Alcalá.[9]
No nos vamos a referir a las búsquedas, detenciones y depuraciones de los elementos considerados “rojos” o que habían ocupado algún cargo político de izquierdas durante el período anterior y que son silenciadas a nivel oficial, ya que nuestro objetivo es narrar lo reflejado en las actas municipales. Sólo nombraremos los dos fusilados que aparecen en el Registro Civil el “21-agosto-1936, por aplicación Ley de guerra, Rafael Fernández Ruiz, obrero” y el “27 de agosto 1936, Agustín Jiménez Jiménez, tabernero” y Juan Manuel Llanos Pizarro, el 18 de agosto, en Córdoba.[10]
El Paseo de San Jerónimo se convirtió en el centro de manifestación católica y nacional a partir de la Orden radiofónica del Comandante Militar de Lucena de colocar en el mismo "con toda solemnidad, la Bandera nacional roja y gualda". Para ello se traslada el mercado (que se venía celebrando en él) a la calle Colegio; no se hizo a su lugar de origen, la Plaza de Abastos, porque en ella se encontraba el Cuartel de la Guardia Civil, que por razones de estrategia militar debía quedar en zona despejada. Una misa de campaña con actuación de la banda de música dio solemnidad al acto. El farmacéutico, don Juan Fernández Martínez fue agasajado “por su proceder patriótico al ayudar económicamente al resurgir de España.”[11]
A los diez días, el 14 de agosto, el Comandante Militar de Lucena ordena la celebración de una sesión extraordinaria nombrando una nueva Gestora. El poder municipal va a pasar de los viejos adeptos a la regeneración primorriverista a los antiguos políticos derechistas de la República. Presidió la sesión como Delegado el Teniente de la Guardia Civil de Lucena, Luis Castro Samaniego, conocido como el Teniente Polvorilla. Al día siguiente dicha comisión se reúne y procede a tomar posesión del Ayuntamiento en calidad de Alcaldía con los siguientes nombramientos:[12]
Alcalde, Pablo Solís Nieto
1er Teniente, Francisco Agraz Fernández
2º Teniente, Antonio Cuenca Agraz
Síndico, Agustín Martos Fernández
Vocal de Enseñanza, Francisco Rueda Cosano
Esta nueva Gestora[13] se tuvo que enfrentar a la difícil situación económica del Ayuntamiento heredada de la desastrosa política municipal del cobro de impuestos de la época republicana. Tras hacer las cuentas del Ayuntamiento, la situación económica se califica de "caótica" y se acuerda declinar toda responsabilidad sobre la actuación de los Ayuntamientos anteriores. Se publican edictos y bandos públicos con dicho estado "para que de esa forma vean la desastrosa actuación de los elementos marxistas al frente de este municipio"
Debido al miedo de la población a un ataque de las fuerzas republicanas que actuaban en Puente Genil y otros pueblos cercanos (según testimonios de los mayores, era frecuente escuchar el ruido de los motores de la aviación, lo que provocaba que la gente huyera a refugiarse al campo) esta Corporación decide que se cavaran unas zanjas para defensa y protección del pueblo.[14] Siempre según testimonios, las zanjas se cavaron en el flanco izquierdo del Paseo de San Jerónimo y fueron cubiertas a modo de refugio antiaéreo. Igualmente ordena para el día 29, coincidiendo con la apertura del curso escolar, la reposición de crucifijos en escuelas y locales oficiales, previa celebración de la preceptiva misa de campaña. Las calles sufrirán también un cambio notable con la aparición de nombres relevantes en el nuevo régimen; los primeros cambios fueron:[15]
Fermín y Galán pasó a llamarse José Antonio Primo de Rivera
Azaña Díaz,  Calvo Sotelo
Paseo de Pablo Iglesias, Paseo de San Jerónimo
García Hernández, Queipo de Llano
Molinos, Coronel Cascajo.
Es de notar que este Ayuntamiento sale en ayuda de una compañía de teatro que fue sorprendida en el pueblo por el inicio de la guerra, quedando retenidos sus miembros en él. Se tomó el acuerdo de hacer una suscripción pública para costearles el regreso a sus domicilios.[16] 
El nuevo régimen sigue imponiendo su sistema de forma implacable y se produce en toda España la destitución de las Comisiones Gestoras formadas por políticos derechistas que se habían adherido al mismo, sustituyéndolas por Ayuntamientos apolíticos integrados por personas “de orden”. Franco era ya, desde el 1º de octubre, Generalísimo del Ejército y Jefe del Estado. Así, el 7 de noviembre y en sesión extraordinaria presidida por el Teniente de la Guardia Civil de Fernán Núñez, Cristóbal Recuerda Jiménez, como delegado del Gobernador Militar de Córdoba, Coronel Cascajo, se destituye la Comisión Gestora y se establece el primer Ayuntamiento del Régimen:
Alcalde Presidente, Rafael Chacón Gutiérrez (labrador)
1er Teniente de Alcalde, José Jiménez Jimena (médico)
2º Teniente, Manuel Fernández Calvillo, (labrador)
Síndico, José Pérez Olea, (industrial)
Vocal, José Gutiérrez Doblas (labrador)
"todas personas de orden y de solvencia moral y material, el primero apolítico, y los restantes de tendencia derechista sin haberse significado nunca ni ocupado ningún cargo y adictos al actual Movimiento Salvador de España." El acta de constitución insiste en que su tarea sería ocuparse de la "labor administrativa, despojada de todo matiz político".[17]
Este primer Ayuntamiento, propiamente franquista, se adhiere a los primeros símbolos del Régimen: el Himno Nacional, el Jefe del Estado y el Régimen portugués de Oliveira Salazar.[18] Igualmente aprobó el presupuesto del año 1937[19]: Personal y material: 16.395 pesetas; Beneficencia: 11.850 pesetas; Instrucción pública: 2.921 pesetas.
En abril de 1937 Franco afianzó su autoridad de nuevo “Caudillo” en toda la España Nacional con el Decreto de Unificación que zanjaba las disputas por el poder entre Falangistas y tradicionalistas (Requetés). Un nuevo Estado había nacido al más puro estilo nazi: “Una Patria, un Estado, un Caudillo”. Todo ello va a repercutir en los Ayuntamientos y en Moriles, el domingo 13 de junio de 1937, por Oficio del Gobernador Civil, se nombra un nuevo Ayuntamiento formado por miembros del Partido Único, el Movimiento.
Alcalde-Presidente, Agustín Martos
1er Teniente, Manuel Ojeda Doblas
2º Teniente, Rafael Baena García
Síndico, Manuel Quirós López
Vocal, Clemente López Ruiz
El 12 de agosto la Secretaría pasa de forma interina a Marcial Aguirre Martínez, pero el secretario fue pronto movilizado al ejército y es nombrado de nuevo Secretario Accidental Miguel Estrada Lara.[20] Esta Corporación aprobó el presupuesto para 1938 por un total de 85.968 pesetas, nombra representante del Ayuntamiento en la capital a Carlos Vaca Guzmán.
Hay que resaltar que, durante el año de mandato de esta Corporación, el refuerzo de las actividades juveniles de la Falange en las secciones de Balillas y Flechas,[21] dirigidas por el Jefe Local de Falange Española Tradicionalista y de las JONS Antonio Agraz Fernández, aunque nos consta que ya existía una Centuria en octubre de 1936.[22] El 25 de julio se celebró solemnemente el día del Patrón de España.[23]
El 6 de julio de 1938 el Gobernador Civil, Eduardo Valera, nombra una nueva Gestora en sesión extraordinaria presidida por el jefe comarcal de FET y de las JONS Juan Criado Luque. De ella salen nombrados
Alcalde-Presidente del Ayuntamiento, el Jefe Local de Falange, Antonio Agraz Fernández
Vocales, Manuel Ojeda Doblas y Francisco Luque Jiménez.
El Ayuntamiento cesa a su representante y se acoge al Servicio Administrativo Provincial de FET y de las JONS[24] que ya canalizaba todos los servicios municipales en España. Por otra parte la  Oficina Ejecutiva de la Mancomunidad Sanitaria se hace cargo del descubierto que el Ayuntamiento tenía con dicha Mancomunidad, aliviando un poco la situación de deuda del mismo.[25] Sin embargo la Diputación sí reclama 12.408,26 pesetas que el Ayuntamiento había recibido en concepto de anticipos para construcción de caminos vecinales.[26] Los funcionarios municipales cobraron ese año en octubre una paga extra con motivo del día de la Patrona.
Es de notar el acta del 13 de octubre de 1938 en que, con motivo del homenaje falangista a José Antonio, fusilado el 20 de noviembre de 1936 en Alicante, el Alcalde suscribe una moción en la que al referirse al líder falangista expresa que fue "...vilmente asesinado por la canalla marxista... se tomen los siguientes acuerdos:... El Ayuntamiento unido al 18 de julio... por el que España se ha desembarazado de los sicarios moscovitas y masones que la sumieron en el deshonor y la miseria..." El acto fue celebrado con toda solemnidad los días 20 y 21 de noviembre con la celebración de una misa funeral y la asistencia de los mandos de Falange, Flechas y Sección Femenina.[27]
El cargo de Secretario fue ocupado de forma interina por don Rafael Nogueras Díez, del Colegio de Secretarios de segunda de Granada.
El 25 de noviembre se recibe un telegrama del Generalísimo agradeciendo el pésame por la muerte de su hermano Ramón, el controvertido aviador, ocurrida en pleno vuelo el 28 de octubre de 1938, aprovechando también para saludar a la población y vecindario.

4.    Algunos aspectos sociales
Como todos los Ayuntamientos del nuevo régimen, Moriles se adhiere a los triunfos militares del autodenominado Ejército Nacional, como al General Aranda "por su heroico comportamiento en Oviedo"[28] o al nombramiento de Queipo de Llano como Gran Caballero de la Gran Orden Imperial de las Flechas.[29] 
Moriles aportó un gran número de soldados al Ejército Nacional, algunos de los cuales lo pagaron con su vida o con su integridad física, aunque también fueron bastantes los mozos que optaron por declararse prófugos.[30]
El desempleo y la pobreza se extendieron en la localidad. No tenemos datos de los Padrones de Beneficencia de estos años, sólo de que se establecieron filiales del Auxilio Social y la Sección Femenina. Las obras públicas de construcción y arreglos de caminos vecinales se paralizan en nuestra localidad constando sólo el proyecto de reparación del camino vecinal Moriles-Puente Genil[31] y el arreglo del de Monturque a Moriles.[32]
La Oficina de Empleo había dejado de funcionar, pero a la petición de informes por parte de la Delegación de Trabajo sobre su funcionamiento, se decide crear una nueva Oficina y Registro de Colocación, alegando que “antes no existía” y nombrando de encargado de la misma a Álvaro Agraz Fernández.[33] Poco después, la misma Delegación de Trabajo reduce el presupuesto de la Oficina de Colocación Obrera de 3.500 a 800 pesetas, por lo que el encargado renuncia, y se emplea a Pablo Doblas Cansino con una gratificación de 800 pesetas.[34] El jornal de un bracero estaba establecido para 1938 en seis pesetas.
Los abusos y desórdenes entre los comerciantes se extienden durante estos años por todas partes. En Moriles hay que resaltar las actuaciones del veterinario Juan Rafael Calero Villarreal frente a la venta clandestina de aceite, fraudes en pescaderías y venta ambulante de carne además de la apertura de establecimientos sin licencia.[35]
El Párroco don Juan Fernández Linares, que había sustituido a don Juan Elías al frente de la Parroquia de San Jerónimo, cesó a los dos años y medio, el día 20 de enero de 1936, siendo sustituido por don Gabriel Velasco Gálvez.[36] El 5 de octubre de ese año, tras conocerse el trágico final en Castro del Río, del que fue Cura-Párroco de Moriles durante los años de la II República, Juan Elías, se celebró en la Parroquia un sentido funeral por el mismo.[37Las fiestas y actos de la feria de octubre se suprimieron durante esos años, pero el Teniente de Alcalde, Antonio Cuenca Agraz, se comprometió a celebrar a su cargo la fiesta religiosa y procesión de la Patrona la Virgen del Rosario.[38]   
El maestro de niños don Leonardo Colinet Vega fue cesado en octubre de 1936 por incorporarse al servicio militar, siendo sustituido por Ángel Herrera de la Torre.[39] Como maestra de niñas ejercía Concepción Téllez Bernal. 
El tema de la traída de aguas a la localidad se trató en sesión con objeto de analizar los posibles manantiales cercanos al casco urbano, pero sin resultado ninguno.[40]



[1] AMM. Sesión del 22 de enero de 1936
[2] AMM Ses. Del 9 de octubre de 1935
[3] Diario El Sur, 26-06-1933
[4] AMM ses. Del 6 de marzo 1935
[5] CORTÉS CORTÉS, Antonio. Datos y apuntes para una historia de Moriles. Moriles, 2015. Págs. 268-269
[6] MORENO GÓMEZ, Francisco. “La Guerra Civil en Córdoba”, Editorial Alpuerto, Madrid 1985, página 698
[7] AMM Sesión del 5 de agosto de 1936.
[8] AMM sesión del 4 de agosto de 1936
[9] AMM sesión del 5 de agosto de 1936
[10] MORENO GÓMEZ, Francisco. “La Guerra Civil en Córdoba”, Editorial Alpuerto, Madrid 1985, páginas 108 y 727
[11] AMM sesión del 14 de agosto de 1936
[12] AMM sesiones del 2 y 3 de septiembre de 1936
[13] AMM sesión del 7 de septiembre de 1936
[14] AMM sesión del 18 de septiembre de 1936
[15] AMM sesión de 18 de septiembre 1936, folio 123 v.
[16] AMM sesión del 23 de octubre de 1936
[17] AMM sesión del 7 de noviembre de 1936
[18] AMM sesión del 4 de diciembre de 1936
[19] AMM sesión del 11 de diciembre de 1936
[20] AMM sesión del 9 de octubre de 1936
[21] AMM sesiones del 16 de diciembre 1937, 2 de abril 1938 y 5 de mayo 1938
[22] El Defensor de Córdoba, 29 octubre 1936, pág. 1
[23] Azul, 30 de julio 1937, p. 2
[24] AMM sesión del domingo, 10 de julio de 1938
[25] AMM sesión del 10 de julio de 1938
[26] AMM sesión del 25 de septiembre de 1938
[27] Azul, 29 de noviembre de 1938, p. 14
[28] AMM sesión del 23 de octubre 1936
[29] AMM sesión del 28 de octubre de 1937
[30] AMM sesiones del 28 de octubre de 1937 y 17 de marzo del 1938
[31] Diario de Córdoba, 16 mayo 1937, pág. 2
[32] Azul, 4 noviembre 1939, p. 3
[33] AMM, sesión del 17 de noviembre 1937
[34] AMM sesión del 9 de junio de 1938
[35] AMM sesiones del 13 de enero, 2 de abril y 4 de junio de 1938
[36] El Defensor de Córdoba, 22 de enero de 1936, p.1
[37] El Defensor de C. 17 de octubre de 1936, p. 1
[38] AMM, sesión del 25 de septiembre de 1936. Igualmente, esta misma información me fue dada por el interesado en una entrevista según consta en “Araceli, Órgano de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, núm. 112. Lucena, diciembre 1993, págs. 10-12
[39] AMM sesión del 2 de diciembre de 1937
[40] AMM sesión del 5 de febrero de 1937

El origen de Moriles en el recuerdo de Paula Contreras

En julio de 1984 (tenía entonces 73 años), Paula Contreras, accediendo a una petición mía, plasmaba sus primeros recuerdos sobre Moriles en una densa y amplia carta que, por su contenido, creo debo poner al alcance de todos los seguidores de este blog. La divido en cinco páginas según su contenido.