Lista de temas que aparecen en el blog

INDICE DEL BLOG:
Puedes seleccionar el tema que te interese haciendo clic en la siguiente lista de entradas del blog

lunes, 29 de junio de 2009

Imágenes de Aportaciones de la Arqueología
















APORTACIONES DE LA ARQUEOLOGÍA A LA HISTORIA DE MORILES

Desde que en 1983 el Ayuntamiento iniciara de nuevo la edición de la Revista de Feria, ésta ha sido una magnífica ocasión para hablar sobre los orígenes y el pasado de nuestra localidad. En diversos artículos se ha ido abordando este tema y hoy parece ser que existe más conciencia, que la gente está más informada y que poco a poco vamos conociendo con claridad más detalles y nuevas circunstancias de lo que fue Moriles en un pasado reciente -Zapateros-, en un pasado más remoto -asentamiento de moriscos, dominación musulmana, colonización romana-, y así perdernos en la noche de los tiempos de la prehistoria.

Conocer el pasado no es una afición muerta y sin provecho; al contrario, es algo que nos da seguridad y confianza en construir el futuro. Los pueblos que tienen más claro su origen y sus raíces son los que actualmente están construyendo una sociedad más avanzada y de más progreso. Pero conocer el pasado supone respetar todos aquellos restos que de una u otra forma van llegando hasta nosotros. Pero desgraciadamente pocos de estos restos (piedras, cerámica, inscripciones, monedas, huesos, documentos, etc.) llegan a ser bien conocidos, estudiados y catalogados para formar una hipótesis aceptable sobre nuestro pasado. Hay quien tras encontrar una pieza la destruye o la pierde; otros la guardan tan celosamente -como si se tratara de un tesoro- que resulta imposible conocer su procedencia e incluso su existencia; otros, por fin, entierran cualquier hallazgo bajo el hormigón de una obra por el temor "de que le pase algo". No, no pasa nada. Simplemente habría que tomar unas fotos y unas muestras por parte de un experto y dejar constancia de la aparición o hallazgo.

BREVE RESEÑA DE RESTOS ARQUEOLOGICOS EN MORILES

Quiero ofrecer a continuación una recopilación de lo que hasta el momento la Arqueología ha podido aportar al conocimiento del pasado en nuestro término municipal. Me voy a referir al trabajo realizado por Fernando LEIVA BRIONES titulado Aportación a la historia de Moriles (Córdoba) y publicado en Crónica de Córdoba y sus pueblos 1, Asociación Provincial Cordobesa de Cronistas Oficiales, Córdoba 1989. Págs. 108-118. En dicho trabajo el autor describe hasta nueve yacimientos en el término municipal de Moriles y sus alrededores.

A. LA HUERTA
Se describe el testimonio de Antonio Ojeda López sobre aparición de un enterramiento y hachas de piedra. Cerámica romana, musulmana y moderna.

B. LAGUNA DEL RINCON
Material conservado por Juan Fernández Hinojosa (Fig. 1). Fragmentos de útiles de cuarcita, lasca de sílex y piedras pulimentadas.

C. ESTACÁ LA CASA
Útiles de cuarcita, una concha marina, vidrio soplado, terra sigillata lisa y T.S. decorada; cerámica común romana, restos de fundición y fragmentos de cerámica vidriada musulmana. El yacimiento viene fechado a partir del siglo II d.C. hasta comienzos de la Baja Edad Media.

D. OLIVAR DEL CONDE
Lasca de sílex; terra sigillata subgalica y terra sigillata hispánica.

E. LAS SANGRERAS
Material conservado por Flavio Verdú del Pino. Fragmento de Anfora vinaria (Fig. 2). Fragmento de vasija con marca estampillada (Fig. 3).

F. EL AGRAMAZON
Material y testimonio de Francisco de Paula Martos Agraz. Lucerna romana; tapadera de urceus en cerámica común y olpe (fig. 4).

G. CERRO POLLERO
Ánfora Dressel 7 para transporte de salazones (fig. 5)

H. CASCO URBANO
Capitel y basa jónico-romanos, conservada por Alberto Fernández, en calle Juan Carlos I. (fig 6,7 y 8)

I. LAHOJA
Fragmento de cuenco de cerámica sigillata y fragmento de lucerna (Fig. 9).
Hay que reseñar también las inscripciones latinas descritas por Flavio Verdú en Revista de Feria de Moriles, 1983. En número de cinco representan también un testimonio fehaciente de lo que puso ser un importante asentamiento romano de los siglos II al IV d.C.

Finalmente haré mención a las recientes apariciones, con motivo de unas obras, de la calle García de Leaniz y de la Carretera de Aguilar, muy similares y próximas, de unos enterramientos en nichos excavados en la tosca con útiles de piedra y cerámica. Esperamos que próximamente se pueda hacer un estudio de todo ello y nos abra un nuevo camino en esta tarea de encontrar las raíces de nuestro pueblo.

CONCLUSIONES

Podemos concluir entonces con Fernando Leiva en que aunque casi todo este material que se ha reseñado ha sido hallado fuera de su contexto estratigráfico, es decir, no se ha estudiado en el nivel del suelo al que debía corresponder en su propio yacimiento y pudo haber sido utilizado en otros lugares y en otros períodos de tiempo, sin embargo podemos afirmar que "en el actual término de Moriles el hombre ya estuvo presente, como mínimo, desde el Neolitico". Los periodos del Bronce Medio y la Epoca Prerromana van a dar una presencia humana menos importante en el lugar, aunque no se descarta una relación de tipo agrícola con la población tartesia o turdetana de la antigua Ipagro (Aguilar) o el oppidum de la actual villa de Monturque.

La que sí parece muy clara es la presencia romana a partir del siglo II d.C. probablemente con la profusión de villae que se convertirían en lugar de descanso para militares retirados o bien de “refugios de potentiores y posesores que huirían de la ciudad para no pagar los impuestos municipales" (Leiva Briones) como consecuencia de la crisis del imperio que a partir del siglo III d.C. trae también consigo la crisis de los municipios. Resaltemos también que nuestro término municipal estaba cruzado por una importante red de vías y caminos: vía de Córdoba a Antequera, de Astigi (Écija) a Igabrum (Cabra), etc.

Con la caída del Imperio las sombras caen de nuevo sobre nuestro término hasta la dominación musulmana y los posteriores asentamientos de moriscos en nuestras tierras que van a dar origen a nuestra historia más moderna.
(Publicado en Moriles, revista de feria octubre 1989)

viernes, 5 de junio de 2009

LA ALDEA DE ZAPATEROS DURANTE EL SIGLO XIX

Antonio CORTES CORTES

Muy poco sabíamos de la historia de Moriles, que aparece así como un desconocido, al sur de la Campiña cordobesa, enigmático, algo apartado de las líneas principales de comunicación. Apenas si conocíamos lo poco que los mayores nos habían contado: que Moriles fue antes una pequeña aldea llamada Zapateros, que tenía muy pocas casas y pocas calles y poca gente, que tenía una banda de música, que se emancipó de Aguilar de la Frontera constituyéndose en municipio en 1912. Estos datos, mezclados con algunas anécdotas y recuerdos de sus personajes más populares, han constituido la base de la tradición oral en Moriles, transmitida de padres a hijos. Como he repetido en varias ocasiones, "Moriles era un pueblo sin historia”.
Pero actualmente hemos reconstruido gran parte de la misma, desde mediados del Siglo Ilustrado hasta fechas muy recientes, aportando datos y abriendo un camino para nuevas investigaciones, o bien para profundizar en algunos aspectos de los ya estudiados. Con el presente estudio sobre datos tomados del Archivo Municipal de Aguilar de la Frontera, pretendo completar mi trabajo "La aldea de Zapateros hasta 1912" (1).

1. POBLACION Y MARCO URBANO

En los padrones vecinales del Ayuntamiento de Aguilar, para la segunda mitad del siglo XVIII, se contabiliza una población dispersa y muy variable de unos cuarenta "vecinos del campo". Sólo a partir de 1785 se especifican "vecinos de Moriles y Zapateros". Para ese año se contabilizan 47 vecinos, de los cuales 24 son jornaleros dedicados a tareas agrícolas. Con todo, la población rural durante este tiempo fluctúa constantemente según la época del año en consonancia con las labores agrícolas. Tampoco hay acuerdo en los diferentes censos en incluir o no juntos a los vecinos de Zapateros y de los Moriles. En el censo de quintas del año 1816 aparecen inscritos 30 mozos comprendidos entre los 16 y los 40 años, población que, comparada con la de 1849, suponemos próxima al 15% del total. El padrón vecinal de 1826 recoge 69 vecinos solamente en el núcleo de población de Zapateros, lo que supone una concentración ya notable de población si tomamos el coeficiente 4 para calcular el número de habitantes (ése será el coeficiente medio que vamos a tener a partir de 1830). De esta forma podemos aventurar los siguientes datos: 1785: 188 habitantes; 1816: 200 habitantes; 1826: 276 habitantes.
Pero es en el padrón general de 1830 cuando notamos el gran aumento de población de la aldea: 378 habitantes en el núcleo de Zapateros y 104 en los lagares de los Moriles; 482 en total. En los años sucesivos de esa década la población de Zapateros se hace estable, mientras que la de los lagares dispersos tienden a ir decreciendo. Así (2):
___________________________________________
____ZAPATEROS .....MORILES ...........T O T A L....................
1830... 378 almas ..........104 almas .........- vecinos y 482 almas
1834... 362 almas ............63 almas...... 105 vecinos y 425 almas
1835... 390 almas............ 84 almas ......114 vecinos y 474 almas
1836... 308 almas............... - almas ...........- vecinos y - almas
1840... 368 almas............ 50 almas .......116 vecinos y 418 almas
_______________________________________________
A partir de los años cuarenta, pasados ya los tiempos difíciles e inciertos de las guerras civiles, la población se va a ir recuperando rápidamente (3).
________________________________________
...........ZAPATEROS..... MORILES....... T O T A L...............
1849.....--......................- - .................-- vecinos y 513 almas
1855.....39 almas........ 17 almas ........135 vecinos y 556 almas
1865... 648 almas........ 47 almas ......180 vecinos y 695 almas
1887 ......-- almas ......--- almas.......-- vecinos y 1.043 almas

Deteniéndonos más detalladamente en el censo de población de 1849 para la mitad de la centuria decimonónica (4), comprobamos que figuran 80 edificios numerados con un total de 122 familias, ya que era frecuente el que varias familias habitasen un mismo edificio. El total de habitantes era de 230 varones y 283 mujeres, con una población eminentemente joven como vamos a ver:
De 0-10 años.......................173 almas (33,7%)
De 11-20 años.......................81 almas (15,7%)
De 21-40 años.....................139 almas (27,0%)
De 41-50 años.......................69 almas (13,1%)
De 51-60 años.......................27 almas (5,2%)
Más de 60 años.....................24 almas (4,6%)

Es de notar que la gran población de niños menores de 10 años (33,7%) da un tremendo bajón en la población de 11 a 20 años, lo que indica el altísimo índice de mortalidad infantil. También el índice de natalidad es elevadísimo: para este año se registran 22 nacimientos, lo que supone el 42,8 por mil.
En resumen, la aldea de Zapateros entra en la segunda mitad del siglo XIX con un caudal humano muy joven, que pronto se verá triplicado antes de finalizar la centuria.
Para el estudio del marco urbano de la población de Zapateros vamos a partir de aquellas "chozas humildísimas cubiertas con retamas" referidas a fines del siglo XVIII y citadas por el Diario de Córdoba de 21 de junio de 1912 (5). Del mismo modo el doctor Aranda Doncel describe, junto a los 13 lagares del pago de Zapateros, otras construcciones más humildes como "casas de campo de choza" y "casas de campo de teja y rama" (6). El núcleo primitivo de población quedará situado y definido, como veremos, entre las actuales calles de los Pozos y Avda. Andalucía, junto a la antigua ermita, donde estaban los Llanos de Zapateros, bajando hacia el pozo y la fuente pública en la Mojonera, lindando ya con la Huerta del Duque de Medinaceli, en el término de Lucena (7).
En 1826 tenemos ya el primer núcleo importante de población estructurado en cinco calles: calle del Pozo, calle Doblas, Plaza de san Jerónimo, Plaza de Gracia y Plaza de la Salud. A la calle del Pozo -porque conducía al pozo y fuente pública por la Alameda- se le conoce de siempre como calle de los Pozos. La calle Doblas debió de ser parte de la actual Avda. Andalucía; la plaza de san Jerónimo estaba situada frente a la antigua ermita y cementerio, y las plazas de Gracia y de la Salud debían de estar juntas y corresponderse a la zona de la actual plaza de abastos.
En 1830 aparecen cuatro nuevas calles que formarán una estructura casi definitiva de la aldea: calles Aguilar, Sol, el Sorbo y del Muerto; la plaza de la Salud pasa a ser plaza de la Paz. La calle del Sol, partiendo de la plaza de san Jerónimo, subía hacia el camino de Casablanca; la calle del Sorbo bajaba desde los Llanos de Zapateros hacia la Fuente; la calle de los Muertos (o del Muerto), lindando con la ermita y el cementerio, comunicaba la plaza de san Jerónimo con la de Gracia. En 1835 toma cuerpo la calle Mesones (actual calle Ancha) y calle del Agua, que unía la calle Doblas con la Fuente (actual Callejón), estructurándose ya casi definitivamente la aldea con once calles, aunque en los distintos padrones no se citen todos a la vez ni con el mismo nombre. En 1837 la plaza de san Jerónimo pasa a ser plaza de la Constitución, nombre que conservará hasta 1875.
En 1865 aparece ya la estructura urbana definitiva con las calles de Llano de Vistahermosa o Vistaalegre (actual Llano de la Posada), al final de la calle Mesones, calle de la Fuente y la Cochera. La plaza de Gracia y la plaza de la Paz se unifican en una sola, con lo que son ya trece el número definitivo de calles de la población. El padrón general de 1887 sigue asignando 13 calles a la aldea, aunque algunos nombres han desaparecido y aparecen otros nuevos como Aparicio, Carrera, Franco y Lobos.

El número de lagares del sitio de Zapateros -que a mediados del siglo XVIII era de trece (8)- en 1836 había disminuido, o al menos figuran como casas cerradas. Los nuevos propietarios y emplazamiento de los lagares eran:
- Don Agustín Alvarez, de Puente Genil, un lagar en calle del Pozo.
- Don Pablo Alba, de Monturque, un lagar en calle Aguilar.
- Don Diego Algar, de Lucena, un lagar en calle Aguilar.
- Don Francisco Martínez, de Aguilar, un lagar en plaza de la Salud.
- Don Cristóbal Cabeza, de Lucena, un lagar en plaza de la Salud.
- Don Bernabé Curado, de Lucena, un lagar en calle del Agua.
- Don José Lucena, de Cantillana, un lagar en plaza de Gracia.
- Don Juan Nepomuceno Ruiz, de Aguilar, un lagar en plaza de Gracia.
Del mismo modo, los lagares del pago de los Moriles se han reducido a 18. Veamos los propietarios de los mismos, que son señores residentes en Aguilar:
Don José Romero, don Francisco Melgar, don Segundo Balmaceda, don Francisco Martínez, don José Tablada, don Juan de la Cruz Gamero, don Juan de Mata Burgos, doña Andrea Vallejo, don José Ruiz, don Francisco Romero, don Francisco Dávila, don Manuel Moriana, don Antonio Castilla, don Francisco Franco, don José Hidalgo, don Alonso del Valle, don José Sauce y don Pedro de Vacas.
El padrón general de 1887 nos da los nombres de todos los lagares del término, nombres que aún perduran casi todos, aunque ya no sean, en su mayoría, más que eso, un nombre o un recuerdo de lo que fueron: Lagar del Monte, Lagar de Mora, El Pintado, El Bombo, La Corneja, Los Frailes, Matasanos, Dávila, El Corralón, Benavides, San Antonio, Valenzuela, Los Naranjos, Lagar Alto, Lagar de Jesús, Capellanía, Santiago, Los Morales, Abango, Fuente Romero, Casa Blanca, Niña Mejías, San José, Toledanos, Mesías, Moriana, Tercia, Higueruela, Cuquillo, Santa Cecilia, Galeote y Molino Nuevo.
2. VIDA LOCAL

La vida del pequeño núcleo de población de Zapateros ha girado siempre alrededor de las labores del campo en las fincas de los señores de Aguilar en los numerosos lagares que salpicaban los pagos de los Moriles. En 1818, al amparo del gobierno absolutista de Fernando VII, se constituye en el lugar una parroquia con su templo dedicado a san Jerónimo, dependiente del arciprestazgo de Aguilar.
La vida en la aldea se desarrolla entre la pobreza de sus jornaleros, que en el difícil año de 1836 sufrieron los saqueos de la expedición carlista del general Gómez a Andalucía (9). También Aguilar fue objeto de alzamiento y saqueo por parte de la facción, y así se lee en el libro de actas: "Toma razón de las pérdidas sufridas por los nacionales y vecinos liberales de esta villa en fuerza del alzamiento y saqueo de la facción" (10). Derrotadas las partidas carlistas, que prosiguieron su huida hacia Bailén para pasar Despeñaperros, los pueblos de la provincia colaboraron aportando víveres para las tropas nacionales. El 24 de octubre se lee en la sesión municipal: "Se oficie al alcalde de la población de los Zapateros, remita a disposición de este Ayuntamiento cien arrobas de vino con que deben contribuir aquellos vecinos en bestias también suyas, lo que deben conducir hasta entregarlas en Córdoba, teniendo en consideración de que en las circunstancias presentes no han sufrido pensión alguna ni han suministrado cosa alguna" (11). Los vecinos de la aldea aportan así lo único que poseían, el vino, para las tropas nacionales.

En 1853 se inicia un amplio expediente sobre el término municipal entre Aguilar y Lucena, que nos va a aportar datos más que suficientes para situar el origen y emplazamiento del pozo de la Alameda, junto a la Mojonera y la Fuente Vieja. Dicho pozo venía usándose por los vecinos de Zapateros para abrevar el ganado y era considerado como de uso público para la aldea, hasta que fue cerrado por don Francisco González, vecino de Lucena y labrador de la Huerta del Duque de Medinaceli. Las quejas de los vecinos hacen que medie el alcalde pedáneo Francisco Jiménez. El dictamen de los peritos es definitivo: el pozo se encuentra dentro del término de Aguilar, como a unas 44 varas del límite con Lucena, junto a la Huerta del Duque de Medinaceli. Así mismo se cita el testimonio de varios vecinos de Zapateros en este mismo sentido que explican que el citado pozo "fue fabricado por los señores Crespo de Aguilar, hace no pocos años" (12).

Los cambios políticos de la Primera República se van a hacer notar también en la aldea, que se encontraba en pleno crecimiento en el último tercio de siglo. El 12 de febrero de 1873 toma posesión el primer Ayuntamiento Republicano en Aguilar, y el día 27 de ese mes es nombrado alcalde pedáneo por la República en Zapateros, Francisco Javier Albalá, en sustitución de Juan José Doblas, que lo venía desempeñando hasta entonces (13). El movimiento obrero se deja sentir en todo el término municipal y en el número 3 de la calle Sol de Zapateros se establece un cuartel con varios números de la Guardia Civil. La represión es fuerte y el dirigente internacionalista de Aguilar, Antonio Chacón, huye a finales del 73 para evitar ser fusilado (14). El gobierno de Castelar reorganiza las Milicias Nacionales; en Aguilar quedaron constituidas el 8 de diciembre, contando entre sus miembros con 50 voluntarios de los Zapateros (15). La represión se hace entonces más violenta cuando "las fuerzas que perseguían a los republicanos atacaron en una viña a un grupo de obreros, matando a cinco de ellos", como narra el Diario de Córdoba del 21 de junio de 1912. Sobre estas cinco muertes no hemos encontrado referencia alguna ni en la obra de Juan Díaz del Moral, ni en el Registro Civil de Aguilar, ni en el libro de defunciones de la parroquia de san Jerónimo de Zapateros.

El año 1874 se inicia con el golpe militar del general Pavía. El día 6 de enero la autoridad militar constituye un nuevo Ayuntamiento en Aguilar, nombrando asimismo nuevos cargos y empleados municipales. El día 12 del mismo mes es repuesto en la pedanía de Zapateros Juan José Doblas (16). Este va a ser un año importante para Zapateros: se urge al Ayuntamiento de Aguilar que instale alumbrado de aceite en la aldea que carecía de él, aunque anteriormente ya había existido (17). Igualmente las obras de construcción del nuevo templo estaban próximas a finalizar y la aldea recurre también a Aguilar en busca de ayuda para concluir su iglesia. Pero no estaban las arcas municipales muy sobradas, pues por aquellas fechas eran notorios los problemas de liquidez del Ayuntamiento; tanto es así que los pocos concejales que quedaban en funciones proponen presentar su dimisión, lo que llevan a efecto el día 28 de julio de 1874 (18).

Y concluimos esta visión del siglo XIX en la aldea de Zapateros con una referencia más al padrón general del 31 de diciembre de 1887, hace ahora exactamente cien años (19). De las 288 familias que formaban ya la población de Zapateros, en 219 figuran todos sus miembros como jornaleros; otras 33 también están relacionadas con el sector primario: 12 propietarios, con 38 almas; 10 labradores, con 28 almas; 8 muleros, con 28 almas; 2 hortelanos, con 7 almas; y 1 cabrero, con 4 almas.
Las 36 familias restantes se repartían las actividades de la siguiente forma: 5 zapateros, 24 almas; 3 sirvientes, 5 almas; 3 carpinteros, 7 almas; 3 industriales, 20 almas; 3 herreros, 15 almas; 2 corredores, 7 almas; 2 maestros, 2 almas; 1 panadero, 2 almas; 1 escribiente, 3 almas; 1 herrador, 3 almas; 1 párroco, 1 alma; 1 albañil, 2 almas; 1 yesero, 1 alma; 1 organista, 2 almas; 1 estanquero, 4 almas; 1 sacristán, 3 almas; 1 comerciante, 2 almas; 1 dependiente, 2 almas; y 1 posadero, 2 almas.
En total, 288 familias y 1.043 almas, organizadas en todos los sectores necesarios para la marcha de una pequeña población que muy pronto, apenas un cuarto de siglo, se iba a ver abocada a la difícil aventura de su emancipación como municipio independiente.

El farmacéutico, don Pedro Franco y Franco, de Aguilar, quien representó un papel importante en la aldea como intermediario ante el Ayuntamiento matriz, el párroco don Francisco Córdoba Alba y los maestros don Francisco Velasco Moreno y doña Catalina Moreno Vera, formarían el clásico cuadro de las cultas tertulias de rebotica en la aldea que carecía de médico y veterinario. Contaba, sin embargo, con un experto maestro herrador, José Carmona Luque, cuyo hijo, Rafael Carmona Ortiz, representó más adelante el papel de inspector local de sanidad (20). El escribiente de la pedanía, Antonio Jiménez Ruiz; el estanquero, Abundio Cortés Vida, que tenía el estanco en el número 4 de la calle Mesones; y el organista de la parroquia, cerraban el núcleo de las fuerzas cultas de Zapateros, una población con más del 92% de analfabetos, que no contaba más que con la riqueza de sus tierras, y el corazón de sus jornaleros, grande como la tierra misma que labraban.

(1) CORTES CORTES, A.: "Zapateros y Moriles: de aldea a municipio independiente". Moríles: Estudios históricos. Moriles, 1987, PP. 38-46.
(2) (A)rchivo (M)unicipal de (A)guilar. Padrones vecinales. Legs. 210-213.
(3) A.M.A. Padrones vecinales. Legs. 214-223.
(4) CORTES CORTES, A.: "La población de Zapateros en 1849". Moriles, núm. 9. Moriles, 1987, p. 6.
(5) CORTES CORTES, A.: Moriles: Estudios históricos, p. 38.
(6) ARANDA DONCEL, Juan: Moriles: Estudios históricos. "Los pagos de los Moriles y Zapateros en el siglo XVIII". Moriles, 1987, PP. 27-28.
(7) CORTES CORTES, A.: op. cit., PP. 42-44.
(8) ARANDA DONCEL, J.: op. cit., p. 27.
(9) CORTES CORTES, A.: op. cit., PP. 39-40.
(10) A.M.A. Actas capitulares, 22 octubre 1836. Leg. 132, fol. 127.
(11) A.M.A. Actas Capitulares, 24 octubre 1836. Leg. 132, fol. 128.
(12) A.M.A. "Amojonamientos y deslindes", leg. 206.
(13) A.M.A. Actas Capitulares, 12 y 27 de febrero, 1873. Leg. 141.
(14) CORTES CORTES, A.: op. cit., p. 40.
(15) A.M.A. Actas Capitulares 8-12-1873. Leg. 141.
(16) A.M.A. Actas Capitualres 6 y 12 enero 1874. Leg.
(17) A.M.A. Actas Capitulares 16-4-74. Leg. 141.
(18) A.M.A. Actas Capitulares 18-6-74 y 28-7-74. Leg. 141.
(19) A.M.A. Padrón General 1887. Secc. 7ª, pp. 173 y ss.
(20) CORTES CORTES, A.: op. cit., p. 64.

(Publicado en “Crónica de Córdoba y su pueblos” Asociación Provincial Cordobesa de Cronistas Oficiales. Córdoba, 1989)

El origen de Moriles en el recuerdo de Paula Contreras

En julio de 1984 (tenía entonces 73 años), Paula Contreras, accediendo a una petición mía, plasmaba sus primeros recuerdos sobre Moriles en una densa y amplia carta que, por su contenido, creo debo poner al alcance de todos los seguidores de este blog. La divido en cinco páginas según su contenido.