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miércoles, 13 de mayo de 2009

A propósito del lugar conocido como "Las Cinco Cruces"

Una consulta hecha por nuestra amiga y paisana la escritora Paca Contreras sobre el topónimo Las Cinco Cruces, me ha llevado a investigar sobre el nombre dado a ese paraje que se encuentra a la derecha del Camino de las Vigas en su comienzo por la carretera de Puente Genil. Allí, hasta hace poco, se han podido observar, grabadas en un olivo, cinco cruces. Cuando con el paso del tiempo, la corteza del olivo comenzaba a borrar el tajo abierto a navaja sobre su tronco, nunca ha faltado una mano, amante de los recuerdos, que haya vuelto a abrir aquellas simbólicas marcas que han llegado hasta nosotros hablándonos de hechos, trágicos hechos en este caso -las cruces nos hablan de muerte-, que se pierden en el recuerdo de los mayores.

Hoy toca resucitar aquellos hechos, aquellas muertes. La única referencia que he encontrado sobre ellas es en el Diario de Córdoba del 21 de junio de 1912 que en un artículo dedicado a la reciente emancipación del Municipio de Moriles del de Aguilar y relatando los hechos más importantes que se recordaban entonces sobre la antigua aldea de Los Zapateros y los pagos de Los Moriles, narra que durante la Primera República "las fuerzas que perseguían a los republicanos atacaron en una viña a un grupo de obreros matando a cinco de ellos" Sobre estos hechos no he encontrado mención alguna ni en la Obra de Juan Díaz del Moral, ni en el Registro Civil de Aguilar ni en el libro de defunciones de la Parroquia de San Jerónimo de Zapateros. Todo queda, pues, perdido en la leyenda, en el misterio. Sólo una referencia, sin firma, sin documentación alguna, sin citas, escrita cuarenta años después de los hechos.
Vamos a situar la aldea de Zapateros en este hecho histórico del último tercio del siglo XIX. En 1865 el número de habitantes entre los pagos de Los Zapateros y Moriles era de 695; y en 1887 ya había aumentado a 1.043 1. El índice de natalidad para ese año era del 42,8 por mil. También para el año de 1865, la estructura urbana de la aldea se había configurado definitivamente con trece calles:
ler Núcleo (1826): calle del Pozo, calle Doblas (Av. Andalucía), Plaza de San Jerónimo, Plaza de Gracia y Plaza de la Salud (Abastos)
2º Núcleo (1830): calle Aguilar, calle Sol (Alta), el Sorbo y del Muerto; la Plaza de la Salud pasa a llamarse de la Paz; la calle del Sorbo bajaba desde los Llanos de Los Zapateros hasta la Fuente; la calle del Muerto (o de los Muertos), lindando con la ermita y el cementerio antiguo, comunicaba la Plaza de San Jerónimo con la de Gracia. En 1835 toma cuerpo la calle Mesones (Ancha) y la calle del Agua (Callejón). En 1837 la Plaza de San Jerónimo pasa a llamarse Plaza de la Constitución, nombre que conservará hasta la Restauración con Alfonso XII en 1875.

El padrón general de 1887 nos da los nombres de los lagares del término, nombres que aún perduran casi todos, aunque ya no sean más que eso, un nombre o un recuerdo: Lagar del Monte, Lagar de Mora, El Pintado, El Bombo, La Corneja, Los Frailes, Matasanos, Dávila, El Corralón1 Benavides, San Antonio, Valenzuela, Los Naranjos, Lagar Alto, Lagar de Jesús, Capellanía, Santiago, Los Morales, Abango, Fuente Romero, Casa Blanca, Niña Mejías, San José, Toledanos, Mesías, Moriana, Tercia, Higueruela, Cuquillo, Santa Cecilia, Galeote y Molino Nuevo.

Los cambios políticos de la Primera República se van a notar en la aldea que se encontraba en pleno crecimiento. El 12 de febrero de 1873 toma posesión el primer Ayuntamiento Republicano en Aguilar y el día 27 de ese mes es nombrado alcalde pedáneo por la República en Zapateros, Francisco Javier Albalá, en sustitución de Juan José Doblas que lo venía desempeñando hasta entonces 2. El movimiento obrero dirigido por Antonio Chacón, internacionalista de Aguilar, se hace fuerte en la zona, pero el gobierno de Castelar reorganizó las Milicias Nacionales; en Aguilar quedaron constituidas el 8 de diciembre contando entre sus miembros con 50 voluntarios de Zapateros. 3 También en el número 3 de la calle Sol se establece un Cuartel con algunos números de la Guardia Civil. La represión se hace entonces muy violenta y es cuando se produce el ataque a ese grupo de obreros causando cinco muertos. Por estas fechas se produce también la huida de Chacón para evitar ser fusilado, como narra Díaz del Moral 4.

El año 1874 se inicia con el golpe militar del general Pavía. El día 6 de enero la autoridad militar constituye un nuevo Ayuntamiento en Aguilar, nombrando asimismo nuevos cargos y empleados municipales. El día 12 del mismo mes es repuestos en la pedanía de Zapateros Juan José Doblas 5. Este será un año importante para la aldea: se urge al Ayuntamiento de Aguilar para que instale alumbrado de aceite 6. Igualmente las obras de construcción del nuevo templo estaban próximas a finalizar, aunque los problemas económic9s fueron graves debidos a la falta de liquidez del Ayuntamiento de Aguilar.

En el padrón general del 31 de diciembre de 1887 aparecen las 288 familias repartidas por actividades: jornaleros (219 familias), propietarios (12 familias), labradores muleros, hortelanos, zapateros, industriales, herreros, etc. El farmacéutico, don Pedro Franco y Franco, el párroco, don Francisco Córdoba Alba, los maestros, don Francisco Velasco y doña Catalina Moreno, formarían el clásico cuadro de las cultas tertulias de rebotica en la aldea que carecía de médico y veterinario. El escribiente de la pedanía, Antonio Jiménez Ruiz, el estanquero, Abundio Cortés Vida, y el organista de la parroquia cerraban el núcleo de las fuerzas cultas de Zapateros, una población con más del 92 % de analfabetos que no contaba más que con la riqueza de sus tierras y el corazón de sus jornaleros, grande como la tierra misma que labraban.

Las Cinco Cruces, entre la leyenda y el misterio, están ahí para recordarnos que la muerte es la compañera inseparable en la historia de los pueblos. Moriles no podía ser menos.

1 (A)rchivo (M)unicipal de (A)guilar. Padrones vecinales. Legs. 214-223.
2 A.M.A. Actas Capitulares 12 y 27 de febrero, 1873. Leg. 141;
3 A.M.A. Actas Capitulares 8-12-73. Leg. 141.
4 Vid. CORTES A.: Moriles. Estudios históricos, pág. 40.
5 A.M.A. Actas Capitulares 6 y 12 enero 1874. Leg. 141.
6 A.M.A. Actas Capitulares 6-4-74. Leg. 141.
(Publicadio en Moriles, Revista de feria, año 1995, p. 59)

domingo, 10 de mayo de 2009

El término municipal de Moriles: un proceso inacabado.

Por Antonio Cortés Cortés
Cronista oficial de Moriles

Como quiera que últimamente se ha removido de nuevo el tema del término municipal de Moriles diciéndose que ese asunto no se había estudiado hasta el momento, me permito repasar las líneas generales que se han seguido en dicho proceso, remitiéndome al estudio que en su día publiqué en el libro Moriles: Estudios históricos, p.p. 46-52, basado en el extenso expediente que existe en los archivos municipales y en las actas de sesiones municipales desde los años 1912 al 1958.

Este largo proceso comienza con una primera etapa que va de junio de 1912 a febrero de 1913. El 23 de agosto de 1912, a partir de la creación de Moriles como municipio independiente, se constituyó en Córdoba la Junta Demarcadora de términos, presidida por el Ingeniero Director del Servicio Agronómico Catastral don José Fernández Bordas y formada por representantes de los Ayuntamientos de Moriles y Aguilar. Esta Junta comienza sus actuaciones aprobando en una reunión en Córdoba los límites y el croquis de la línea demarcadora así como los nombres de los propietarios de las fincas linderas; en otra reunión celebrada en el cortijo El Chato se aprobó la demarcación material y demás divisiones a que se refiere el artículo 6º de la Ley Municipal.

Pero las actuaciones de la Junta quedaron en suspenso y no consiguieron una delimitación definitiva del término por causa de los desacuerdos entre ambas partes reflejados en las Actas de las reuniones de Aguilar de fecha 27 de diciembre de 1912 y la de 4 de enero de 1913, que fue publicada definitivamente en el Boletín Oficial de la provincia nº 40 con fecha 15 de febrero de ese año. El término municipal había sido adjudicado provisionalmente por la ley de 18 de junio de 1912 (Gaceta del 25) con arreglo al artículo 7º de la ley de 23 de marzo de 1906 con una superficie de 2.194 hectáreas, 65 áreas, 25 centiáreas.

Así quedaron las cosas en una situación de provisionalidad un tanto oscura, pues las Actas municipales del 1913 y primeros meses del 14 no aparecen en los archivos y por tanto se desconocen más datos sobre el asunto. Solamente al iniciarse la 2ª República y por presiones de las organizaciones obreras, el Alcalde republicano Francisco Ruiz Dadillos inicia de nuevo los trámites en febrero de 1932 solicitando al Director General del Instituto Geográfico Estadístico y Catastral el trazado de la línea definitiva a fin de conocer los verdaderos límites del término municipal. Los trámites se inician rápidamente de acuerdo con la nueva legislación del Reglamento sobre población y términos municipales de 3 de julio de 1924. Miguel Estrada Lara realiza un plano del término con los límites que se le habían asignado y otro basado en los límites naturales del terreno “con el fin de acreditar de una manera gráfica la forma caprichosa, irregular y arbitraria en que fue cortado el término de este pueblo.”

Las organizaciones obreras presionaban para una rápida solución del problema sobre todo a causa de los trabajos agrícolas que se efectuaban en Castillo Anzur y en el final de la calle de los Pozos y la antigua Alameda. Hacía falta saber en qué término municipal se estaban realizando las labores agrícolas. En octubre de 1933 el expediente estaba prácticamente concluido y se esperaba la visita de los Ingenieros del Instituto Geográfico y Catastral para el deslinde definitivo, pero los continuos cambios políticos que se suceden a partir de diciembre del 33 que terminarían con el golpe de julio del 36 abortan de nuevo la solución del problema.

La última etapa va a durar desde el año 42 al 51, en plena época franquista, y fue iniciada por el Ayuntamiento presidido por el médico don José Jiménez Jimena. Se promueve de nuevo el expediente que es remitido con un informe al Instituto Geográfico y Catastral. El ingeniero comisionado hace una propuesta de línea demarcadora y el expediente es elevado al Ministerio de la Gobernación quien decide oír al Consejo de Estado antes de fallar sobre el asunto. Con el dictamen favorable del Consejo de Estado, el Consejo de Ministros resuelve también favorablemente conforme a la propuesta del Ministerio de la Gobernación quien publica la Orden ministerial definitiva de deslinde de términos en enero de 1947 según lo dispuesto por el Instituto Geográfico y Catastral, en sentido favorable a los intereses de Moriles.

No se hizo esperar el correspondiente Recurso Contencioso-Administrativo por parte del Ayuntamiento de Aguilar que fue resuelto, después de casi cinco años, el 21 de diciembre de 1951, revocando la Orden Ministerial de enero del 47 y dejando de nuevo inconclusa la delimitación del término municipal de Moriles. Esta sentencia del Tribunal Supremo es la última palabra legal hasta el momento.

Mirando un poco a nuestro alrededor y comparando con nuestro caso, está el de Nueva Carteya, que en 1953, vio finalizar el difícil problema del deslinde de su término municipal del de Baena. Moriles es actualmente el término municipal más pequeño de la provincia de Córdoba –reducido a 1.957 hectáreas frente a las 18.290 de promedio de toda la provincia -. No niego que un nuevo intento de acabar satisfactoriamente el proceso carezca de dificultades, sobre todo contando con la sentencia negativa del Supremo, pero también creo que vale la pena que nuestros ediles se tomen el asunto con interés y demuestren que los tiempos han cambiado. El reto está en saber si los intereses que movían a los que se opusieron con tanto empeño en que el proyecto siguiera adelante no sean los mismos que puedan mover todavía a ciertos sectores que van a hacer todo lo posible para que, a fin de cuentas, el deslinde de términos siga siendo un proceso inacabado.
Ayamonte, julio de 1999
(Publicado en Moriles, revista de feria, octubre 1999)

jueves, 7 de mayo de 2009

"Historias de un Pueblo sin Historia" y Paula Contreras

Antonio Cortés Cortés
Cronista oficial de Moriles

Repasando hace unos días algunos papeles antiguos, di con una tarjeta que Paula Contreras me envió el 8 de junio de 1990, seis días después de la presentación en Moriles de su novela "Historia de un pueblo sin historia", primera de su maravillosa trilogía basada en la historia de Moriles. En ella me pedía que le enviara las palabras que en dicha presentación dije sobre su persona y su novela. Han pasado ya once años (y mucho ha llovido desde entonces) y la verdad es que no recuerdo si le envié o no esas palabras. Por eso, y tratando de acortar la distancia que nos separa con un nuevo encuentro en esta Revista de feria, y para que las nuevas generaciones de morilenses sepan que ahí está Paca Contreras y su obra con su memoria prodigiosa, la memoria de los comienzos de un pueblo, voy a reproducir el texto de aquellas palabras de pre­sentación con el deseo de que esta memoria de Moriles dure para siempre.
Moriles, 2 de junio de 1990.

Antes de presentar en este sencillo acto a la autora de la novela "Historias de un pueblo sin Historia", quisiera dejar bien clara la importancia que este hecho tienen para Moriles y la importancia de que un grupo de morilenses esté aquí pre­sente demostrando que la cultura ya no es algo ajeno a nuestro pueblo. Realmente podemos decir que hoy es un día importante para Moriles porque nace un libro, una novela escrita por una morilense, que narra unas historias apasionantes en un marco maravilloso de sensibilidad humana y ternura que dan vida y actualidad a nuestro pueblo cuando aún no era más que una pequeña aldea.

De todos los libros que han llegado a mis manos, sin duda alguna que éste, que esta noche se presenta en Moriles, tiene para mí un signifi­cado especial. Después de haberlo leído y haber experimentado tantos y tan intensos sentimientos durante su lectura, se me agolpan infinidad de ideas que quisiera decir a la vez y que no hacen sino hacerme más difícil su presentación en pocas pa­labras junto a su autora.

Paula Contreras, Paca, como todos la cono­céis, nació un año antes que Moriles en el lagar de los Motivos; agonizaba la aldea de los Zapateros cuando ella nacía. Yen esa agonía frenética, de la aldea, alumbrando la vida de un nuevo pueblo, nació Paca llena de aldea, de pueblo, de campo, de gente humilde y trabajadora, de chozas de jor­naleros, de las hierbas y las flores de los vallados, del aire de las viñas y los olivos, del agua de los arroyos... Paca ha guardado desde siempre la voz de su tierra y esa voz es la que ahora sale y habla por ella en este libro.

Curiosamente, al leerlo, no pensaba, como sería natural, en su autora, sino que algo mágico y extraño hacía que pensara en mí mismo, sin­tiéndome como parte de aquella historia, de aque­lla tierra, de aquellas gentes de la novela. Y es que la novela de Paula Contreras tiene el poder evocador de la tierra que nos llama y nos atrae hacia nuestras propias raíces.

Yo conocí a Paca no hace mucho, hacia 1983, a raíz de mi nombramiento como Cronista Oficial de Moriles y las publicaciones de las Re­vistas de Feria y del Periódico "Moriles". Me ale­gró mucho saber que una paisana nuestra, maestra de escuela, guardaba tantos y tantos secretos de la historia de nuestro pueblo, de esa historia que no está escrita en los archivos ni en los libros, sino en las gentes, en los campos, en el aire... El cronista busca un dato para reconstruir la historia, o al menos para acercarse a ella, el escritor, el poeta, la recupera íntegra, como por inspiración, y crea su propia historia que tal vez sea más verdadera.

Con tu novela, Paca, has hecho algo que tal vez ni pensabas siquiera: has encontrado nuestras raíces como pueblo. Todos los lugares de la anti­gua aldea de los Zapateros están ahí desde siem­pre y para siempre: los pequeños cerros, los cami­nos, la Huerta, los Granados, la antigua iglesia y el cementerio, lagares, cortijos y campo, mucho campo lleno de historias de amor, de sufrimiento, de sudor, de engaños, de muerte. Y todos tus per­sonajes (Tole, Maria, José Manuel, Crucita, Morachita, María Victoria, don Diego, Dolores, Ramón, Dieguito, don Emilio y el tío Goro) están aquí y ahora, vivos y presentes todavía. Ellos nos van enseñando en la novela la importancia que tie­ne el estar vivos, la importancia de esas cosas in­significantes y que apenas miramos: el color de la tierra, la presencia de un jaramago, el olor del aire, la respiración, el sudor de los cuerpos, el vaho, el aliento, los pequeños sonidos que trae el aire, el brillo de los ojos, el movimiento de un cuerpo al andar...

Con la presentación de tu obra -finalista del premio Nadal- en Moriles, das un paso más en una serie de presentaciones de la misma que empezara en Puerto Real, donde vives y has encontrado el calor necesario para dedicarte a tu tarea de espo­sa, madre y escritora. Ayer fue en Córdoba; luego vendrán Cádiz y Jerez. Pero ya verás cómo estos amigos de Moriles van a leer tu Obra con unos ojos distintos a los demás, porque cuando tú ha­blas en la novela, no eres tú, sino la tierra de Moriles que entró en ti un día cuando la aldea de Zapateros agonizaba, y hoy sale fuera hecha libro, hecha vida, hecha poesía.

Gracias, Paca, por tu Obra, en nombre de Moriles.

(Publicado en Moriles, Revista de Feria, octubre del 2001)

miércoles, 6 de mayo de 2009

La Feria de Moriles hasta 1935 en las Actas Capitulares

Un pueblo joven como Moriles necesariamente tie­ne también una feria con una historia muy joven. Sin perjuicio de que en otra ocasión tratemos de buscar en la aldea de Zapateros las raíces de nuestra feria, sin duda unida a la compra-venta de ganado y a las activi­dades de la vendimia, así como a ese sentir religioso que trataba de sacralizar todo lo humano, vamos a cen­trarnos en el municipio de Moriles, nacido en 1912, con unas tradiciones y unas costumbres que ya gozaban de cierto arraigo en la población.

Presupuestos municipales de Feria
El primer aspecto que nos llama la atención es el de los presupuestos destinados a los gastos de feria por la Corporación Municipal. Así, por ejemplo, en 1914 en que el municipio estaba casi estrenando indepen­dencia, se destinó el presupuesto de feria -unas 300 pesetas- al arreglo y empedrado de calles (1), y en 1915, al no librarse presupuesto alguno y haberse ori­ginado unos gastos, se decide que éstos sean con car­go al capitulo de imprevistos (2). Fue en 1916 cuando oficialmente se libra un presupuesto de 500 pesetas para gastos de feria.

Como norma general los presupuestos no superan las mil pesetas hasta el año 1927 que alcanza la cifra de 1.799,70 pesetas; sólo el año 1920 tuvo un presu­puesto extraordinario de 1.208 pesetas, a pesar de que el mayor problema de aquel año era la escasez de fon­dos de las arcas municipales.

También se utilizó el sistema de abrir una suscrip­ción entre los industriales de la localidad, como fue el caso del ayuntamiento republicano de 1931 (3). En1933 el presupuesto de feria fue motivo de discordia y ataque mutuo entre dos corporaciones consecutivas: la Corporación socialista del 33 presentó sus cuentas y al entrar la nueva corporación de derechas en diciem­bre de ese año se rechazaron por no estar suficiente­mente justificados los gastos en 128,90 pesetas. La nota de gastos es como sigue (4):
- Vino para los músicos en la casa del Tozano.........14,00 Ptas.
- Convidá (sic) al Ayuntamiento..............................20,00 Ptas.
- Socorro a varios pobres....................................16,00 Ptas.
- Viaje imprevisto de un músico a Puente Genil.....10,00 Ptas.
- Cucañas y carreras de burros .............................. 57,90 Ptas.
- Café y tres libras de buñuelos a los músicos....... 11 ,00 Ptas.
Total............................................................128,90 Ptas.

Como las cuentas no cuadraban ni a unos ni a otros, la Corporación decide, con objeto de "legalizar la situación de fondos" de las arcas municipales, aprobar lo gastos de feria del 33 en 1.750,05 pesetas. Como contrapartida en 1934 hay una protesta de la minoría socialista de la Corporación por librarse cantidades extraordinarias para gastos de feria y desatender en cambio la beneficencia pública. Este caos presupuestario en un cambio continuo de ayuntamientos en que ninguno encontraba claras las cuentas del anterior, continúa durante el año siguiente haciéndose patente el empobrecimiento continuo de las arcas municipales (5)

PRESUPUESTOS PARA FERIA DE MORILES
Año Pesetas Año Pesetas
1914 300 1925 739,50
1915 339 1927 1.799,70
1916 500 1931 1.063,95
1920 1.208 1933 2.049,65
1921 751 1934 1.318,20
1922 991 1935 1.750,05

Programas de festejos
Estos presupuestos se han hecho normalmente en base a unos programas de feria realizados por la Cor­poración. En 1916 aparece la primera Comisión de Fes­tejos encargada de confeccionar el programa con mo­tivo de la "REAL FERIA DE LA VILLA". Era su presi­dente el alcalde Manuel Ortiz Gutiérrez y contaba con cuatro vocales. Esta primera Comisión fue felicitada por la Corporación "por lo bien que ha desempeñado su cometido logrando que las fiestas hayan resultado lucidísimas" (6).

Los programas de festejos se desarrollaban normal­mente alrededor del primer domingo de octubre. Así, por ejemplo, en 1915 los días de feria fueron 3, 4 y 5 de octubre, en 1919 el 5, 6 y 7 y en 1933 el 1, 2 y 3 de octubre. La razón parece estar en que el primer domingo de octubre era tradicional celebrar la "FERIA REAL DE GANADOS".

En 1919 se pretende separar la Real Feria de Gana­dos trasladándola a los tres primeros días de agosto pensando que en esas fechas podrían acudir más fo­rasteros. En su lugar se propuso que en el primer do­mingo de octubre se celebrase una velada (7). Parece ser que el proyecto no cuajó y el seis de septiembre se aprueba el programa de festejos de feria para los días 5, 6 y 7de octubre.

El cambio de política que supuso la llegada de la Dic­tadura del General Primo de Rivera cogió a Moriles en plena preparación de la feria de 1923. El nuevo Ayun­tamiento tomó posesión precisamente el día 2 de octubre de 1923 y el día 4 de ese mismo mes se crea una nueva comisión de festejos para llevar a cabo el programa de la anterior Corporación, reservándose el derecho de suprimir los números que crea oportunos (8).

En 1921 aparece por primera vez en las actas muni­cipales el aspecto religioso de la feria figurando en el programa de festejos "FERIA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO", y en 1924 se añade "NUESTRA SE­ÑORA DEL ROSARIO PATRONA DE ESTE PUEBLO" (9). Este matiz religioso de la feria se puso de mani­fiesto en los años de la República en que los ayunta­mientos de derechas pretendían resaltar el aspecto ma­riano de las fiestas, con la oposición de la minoría so­cialista. Así en 1934 se pide una autorización oficial al gobernador para celebrar la procesión de la Patrona el 7 de octubre, autorización que fue concedida con fecha 21 de septiembre para la "tradicional procesión de la Virgen del Rosario Patrona de la localidad".

Los festejos

Entre los festejos cabe resaltar la actuación de la ban­da local de música que tenía con el Ayuntamiento un contrato anual en el que figuraba entre otras la actua­ción durante los tres días de feria (10). La importancia de la banda, dirigida por el maestro Julián Estrada, fue grande durante aquellos años y el Ayuntamiento des­tinaba subvenciones especiales para su mantenimien­to así como para renovar y aumentar el número de ins­trumentos (11).

El alumbrado de feria se ha convertido hoy en el má­ximo exponente de los festejos y no se concibe un re­cinto ferial sin esas maravillas de luces y colores que dan ese ambiente especial de feria. Pues bien, la feria de Moriles careció durante muchos años de alumbra­do extraordinario y solamente existía el alumbrado nor­mal de la población que fue de petróleo hasta 1918 en que se instaló el alumbrado público eléctrico. Con to­do en 1924 la compañía que suministraba energía eléc­trica cortó el fluido por falta de pago del Ayuntamien­to y así la principal preocupación de la Corporación para esa feria fue "conseguir que durante los días de feria haya alumbrado eléctrico en la población" (12).

Hasta 1931, iniciada la República, no se instala alumbrado extraordinario de feria, que en 1932 será de 32 lámparas con un total de 4.342 W de potencia y un consumo de 100 pesetas cada noche. En 1933 el número de lámparas aumentó a 347 y el total de vatios a 4.352. El alumbrado estaba encendido de 7 de la noche a 2 de la madrugada (13). El Ayuntamiento socialista de 1934 solicitó a la compañía suministradora (Hidroeléctrica del Genil) que cediera gratuitamente el alumbrado extraordinario de feria; lo que no sabemos es si la compañía accedió o no a esa "extraña" petición.

Esta es, en rasgos generales, la feria de Moriles desde que nació como pueblo hasta 1935 tal como se desprende de los libros de Actas de Sesiones del Ayunta­miento. Podemos decir que es la feria vista desde el punto de vista de los problemas de las Corporaciones en una época de inestabilidad política y en un municipio joven sin apenas experiencia en el gobierno municipal. Pero la otra feria, la de la gente, la del pueblo, la de las cucañas y las carreras de burros, la de los barquillos de canela, la de las "convidás" en la taberna, ­la de la chiquillería gritando en las carreras de sacos, ésa se ha ido quedando dormida en el recuerdo de nuestros mayores y desaparecerá para siempre ahogada en el estruendo de nuestras locas ferias actuales, vertiginosas y consumistas.
Antonio Cortés Cortés
Cronista Oficial de Moriles

NOTAS:

(1) Libro de Actas de Sesiones del 15-8-14.
(2) Ibidem. 12-10-15.
(3) Ibidem. 12-9-31.
(4) Ibidem. 13-1-34.
(5) Ibidem. 26-6-35.
(6) lbidem. 8-10-16.
(7) Ibidem. 23-3-19.
(8) lbidem. 4-10-23..
(9) lbidem. 22-9-21 y 6-9-24.
(10) Ibidem. 20-7-18.
(11) Ibidem. 29-9-28.
(12) Ibidem. 6-9-24.
(13) lbidem. 26-9-32 y 18-9-33.

(Publicado en Moriles, revista de feria 1987)

El origen de Moriles en el recuerdo de Paula Contreras

En julio de 1984 (tenía entonces 73 años), Paula Contreras, accediendo a una petición mía, plasmaba sus primeros recuerdos sobre Moriles en una densa y amplia carta que, por su contenido, creo debo poner al alcance de todos los seguidores de este blog. La divido en cinco páginas según su contenido.