Una consulta hecha por nuestra amiga y paisana la escritora Paca Contreras sobre el topónimo Las Cinco Cruces, me ha llevado a investigar sobre el nombre dado a ese paraje que se encuentra a la derecha del Camino de las Vigas en su comienzo por la carretera de Puente Genil. Allí, hasta hace poco, se han podido observar, grabadas en un olivo, cinco cruces. Cuando con el paso del tiempo, la corteza del olivo comenzaba a borrar el tajo abierto a navaja sobre su tronco, nunca ha faltado una mano, amante de los recuerdos, que haya vuelto a abrir aquellas simbólicas marcas que han llegado hasta nosotros hablándonos de hechos, trágicos hechos en este caso -las cruces nos hablan de muerte-, que se pierden en el recuerdo de los mayores.
Hoy toca resucitar aquellos hechos, aquellas muertes. La única referencia que he encontrado sobre ellas es en el Diario de Córdoba del 21 de junio de 1912 que en un artículo dedicado a la reciente emancipación del Municipio de Moriles del de Aguilar y relatando los hechos más importantes que se recordaban entonces sobre la antigua aldea de Los Zapateros y los pagos de Los Moriles, narra que durante la Primera República "las fuerzas que perseguían a los republicanos atacaron en una viña a un grupo de obreros matando a cinco de ellos" Sobre estos hechos no he encontrado mención alguna ni en la Obra de Juan Díaz del Moral, ni en el Registro Civil de Aguilar ni en el libro de defunciones de la Parroquia de San Jerónimo de Zapateros. Todo queda, pues, perdido en la leyenda, en el misterio. Sólo una referencia, sin firma, sin documentación alguna, sin citas, escrita cuarenta años después de los hechos.
Vamos a situar la aldea de Zapateros en este hecho histórico del último tercio del siglo XIX. En 1865 el número de habitantes entre los pagos de Los Zapateros y Moriles era de 695; y en 1887 ya había aumentado a 1.043 1. El índice de natalidad para ese año era del 42,8 por mil. También para el año de 1865, la estructura urbana de la aldea se había configurado definitivamente con trece calles:
ler Núcleo (1826): calle del Pozo, calle Doblas (Av. Andalucía), Plaza de San Jerónimo, Plaza de Gracia y Plaza de la Salud (Abastos)
2º Núcleo (1830): calle Aguilar, calle Sol (Alta), el Sorbo y del Muerto; la Plaza de la Salud pasa a llamarse de la Paz; la calle del Sorbo bajaba desde los Llanos de Los Zapateros hasta la Fuente; la calle del Muerto (o de los Muertos), lindando con la ermita y el cementerio antiguo, comunicaba la Plaza de San Jerónimo con la de Gracia. En 1835 toma cuerpo la calle Mesones (Ancha) y la calle del Agua (Callejón). En 1837 la Plaza de San Jerónimo pasa a llamarse Plaza de la Constitución, nombre que conservará hasta la Restauración con Alfonso XII en 1875.
El padrón general de 1887 nos da los nombres de los lagares del término, nombres que aún perduran casi todos, aunque ya no sean más que eso, un nombre o un recuerdo: Lagar del Monte, Lagar de Mora, El Pintado, El Bombo, La Corneja, Los Frailes, Matasanos, Dávila, El Corralón1 Benavides, San Antonio, Valenzuela, Los Naranjos, Lagar Alto, Lagar de Jesús, Capellanía, Santiago, Los Morales, Abango, Fuente Romero, Casa Blanca, Niña Mejías, San José, Toledanos, Mesías, Moriana, Tercia, Higueruela, Cuquillo, Santa Cecilia, Galeote y Molino Nuevo.
Los cambios políticos de la Primera República se van a notar en la aldea que se encontraba en pleno crecimiento. El 12 de febrero de 1873 toma posesión el primer Ayuntamiento Republicano en Aguilar y el día 27 de ese mes es nombrado alcalde pedáneo por la República en Zapateros, Francisco Javier Albalá, en sustitución de Juan José Doblas que lo venía desempeñando hasta entonces 2. El movimiento obrero dirigido por Antonio Chacón, internacionalista de Aguilar, se hace fuerte en la zona, pero el gobierno de Castelar reorganizó las Milicias Nacionales; en Aguilar quedaron constituidas el 8 de diciembre contando entre sus miembros con 50 voluntarios de Zapateros. 3 También en el número 3 de la calle Sol se establece un Cuartel con algunos números de la Guardia Civil. La represión se hace entonces muy violenta y es cuando se produce el ataque a ese grupo de obreros causando cinco muertos. Por estas fechas se produce también la huida de Chacón para evitar ser fusilado, como narra Díaz del Moral 4.
El año 1874 se inicia con el golpe militar del general Pavía. El día 6 de enero la autoridad militar constituye un nuevo Ayuntamiento en Aguilar, nombrando asimismo nuevos cargos y empleados municipales. El día 12 del mismo mes es repuestos en la pedanía de Zapateros Juan José Doblas 5. Este será un año importante para la aldea: se urge al Ayuntamiento de Aguilar para que instale alumbrado de aceite 6. Igualmente las obras de construcción del nuevo templo estaban próximas a finalizar, aunque los problemas económic9s fueron graves debidos a la falta de liquidez del Ayuntamiento de Aguilar.
En el padrón general del 31 de diciembre de 1887 aparecen las 288 familias repartidas por actividades: jornaleros (219 familias), propietarios (12 familias), labradores muleros, hortelanos, zapateros, industriales, herreros, etc. El farmacéutico, don Pedro Franco y Franco, el párroco, don Francisco Córdoba Alba, los maestros, don Francisco Velasco y doña Catalina Moreno, formarían el clásico cuadro de las cultas tertulias de rebotica en la aldea que carecía de médico y veterinario. El escribiente de la pedanía, Antonio Jiménez Ruiz, el estanquero, Abundio Cortés Vida, y el organista de la parroquia cerraban el núcleo de las fuerzas cultas de Zapateros, una población con más del 92 % de analfabetos que no contaba más que con la riqueza de sus tierras y el corazón de sus jornaleros, grande como la tierra misma que labraban.
Las Cinco Cruces, entre la leyenda y el misterio, están ahí para recordarnos que la muerte es la compañera inseparable en la historia de los pueblos. Moriles no podía ser menos.
1 (A)rchivo (M)unicipal de (A)guilar. Padrones vecinales. Legs. 214-223.
2 A.M.A. Actas Capitulares 12 y 27 de febrero, 1873. Leg. 141;
3 A.M.A. Actas Capitulares 8-12-73. Leg. 141.
4 Vid. CORTES A.: Moriles. Estudios históricos, pág. 40.
5 A.M.A. Actas Capitulares 6 y 12 enero 1874. Leg. 141.
6 A.M.A. Actas Capitulares 6-4-74. Leg. 141.
Hoy toca resucitar aquellos hechos, aquellas muertes. La única referencia que he encontrado sobre ellas es en el Diario de Córdoba del 21 de junio de 1912 que en un artículo dedicado a la reciente emancipación del Municipio de Moriles del de Aguilar y relatando los hechos más importantes que se recordaban entonces sobre la antigua aldea de Los Zapateros y los pagos de Los Moriles, narra que durante la Primera República "las fuerzas que perseguían a los republicanos atacaron en una viña a un grupo de obreros matando a cinco de ellos" Sobre estos hechos no he encontrado mención alguna ni en la Obra de Juan Díaz del Moral, ni en el Registro Civil de Aguilar ni en el libro de defunciones de la Parroquia de San Jerónimo de Zapateros. Todo queda, pues, perdido en la leyenda, en el misterio. Sólo una referencia, sin firma, sin documentación alguna, sin citas, escrita cuarenta años después de los hechos.
Vamos a situar la aldea de Zapateros en este hecho histórico del último tercio del siglo XIX. En 1865 el número de habitantes entre los pagos de Los Zapateros y Moriles era de 695; y en 1887 ya había aumentado a 1.043 1. El índice de natalidad para ese año era del 42,8 por mil. También para el año de 1865, la estructura urbana de la aldea se había configurado definitivamente con trece calles:
ler Núcleo (1826): calle del Pozo, calle Doblas (Av. Andalucía), Plaza de San Jerónimo, Plaza de Gracia y Plaza de la Salud (Abastos)
2º Núcleo (1830): calle Aguilar, calle Sol (Alta), el Sorbo y del Muerto; la Plaza de la Salud pasa a llamarse de la Paz; la calle del Sorbo bajaba desde los Llanos de Los Zapateros hasta la Fuente; la calle del Muerto (o de los Muertos), lindando con la ermita y el cementerio antiguo, comunicaba la Plaza de San Jerónimo con la de Gracia. En 1835 toma cuerpo la calle Mesones (Ancha) y la calle del Agua (Callejón). En 1837 la Plaza de San Jerónimo pasa a llamarse Plaza de la Constitución, nombre que conservará hasta la Restauración con Alfonso XII en 1875.
El padrón general de 1887 nos da los nombres de los lagares del término, nombres que aún perduran casi todos, aunque ya no sean más que eso, un nombre o un recuerdo: Lagar del Monte, Lagar de Mora, El Pintado, El Bombo, La Corneja, Los Frailes, Matasanos, Dávila, El Corralón1 Benavides, San Antonio, Valenzuela, Los Naranjos, Lagar Alto, Lagar de Jesús, Capellanía, Santiago, Los Morales, Abango, Fuente Romero, Casa Blanca, Niña Mejías, San José, Toledanos, Mesías, Moriana, Tercia, Higueruela, Cuquillo, Santa Cecilia, Galeote y Molino Nuevo.
Los cambios políticos de la Primera República se van a notar en la aldea que se encontraba en pleno crecimiento. El 12 de febrero de 1873 toma posesión el primer Ayuntamiento Republicano en Aguilar y el día 27 de ese mes es nombrado alcalde pedáneo por la República en Zapateros, Francisco Javier Albalá, en sustitución de Juan José Doblas que lo venía desempeñando hasta entonces 2. El movimiento obrero dirigido por Antonio Chacón, internacionalista de Aguilar, se hace fuerte en la zona, pero el gobierno de Castelar reorganizó las Milicias Nacionales; en Aguilar quedaron constituidas el 8 de diciembre contando entre sus miembros con 50 voluntarios de Zapateros. 3 También en el número 3 de la calle Sol se establece un Cuartel con algunos números de la Guardia Civil. La represión se hace entonces muy violenta y es cuando se produce el ataque a ese grupo de obreros causando cinco muertos. Por estas fechas se produce también la huida de Chacón para evitar ser fusilado, como narra Díaz del Moral 4.
El año 1874 se inicia con el golpe militar del general Pavía. El día 6 de enero la autoridad militar constituye un nuevo Ayuntamiento en Aguilar, nombrando asimismo nuevos cargos y empleados municipales. El día 12 del mismo mes es repuestos en la pedanía de Zapateros Juan José Doblas 5. Este será un año importante para la aldea: se urge al Ayuntamiento de Aguilar para que instale alumbrado de aceite 6. Igualmente las obras de construcción del nuevo templo estaban próximas a finalizar, aunque los problemas económic9s fueron graves debidos a la falta de liquidez del Ayuntamiento de Aguilar.
En el padrón general del 31 de diciembre de 1887 aparecen las 288 familias repartidas por actividades: jornaleros (219 familias), propietarios (12 familias), labradores muleros, hortelanos, zapateros, industriales, herreros, etc. El farmacéutico, don Pedro Franco y Franco, el párroco, don Francisco Córdoba Alba, los maestros, don Francisco Velasco y doña Catalina Moreno, formarían el clásico cuadro de las cultas tertulias de rebotica en la aldea que carecía de médico y veterinario. El escribiente de la pedanía, Antonio Jiménez Ruiz, el estanquero, Abundio Cortés Vida, y el organista de la parroquia cerraban el núcleo de las fuerzas cultas de Zapateros, una población con más del 92 % de analfabetos que no contaba más que con la riqueza de sus tierras y el corazón de sus jornaleros, grande como la tierra misma que labraban.
Las Cinco Cruces, entre la leyenda y el misterio, están ahí para recordarnos que la muerte es la compañera inseparable en la historia de los pueblos. Moriles no podía ser menos.
1 (A)rchivo (M)unicipal de (A)guilar. Padrones vecinales. Legs. 214-223.
2 A.M.A. Actas Capitulares 12 y 27 de febrero, 1873. Leg. 141;
3 A.M.A. Actas Capitulares 8-12-73. Leg. 141.
4 Vid. CORTES A.: Moriles. Estudios históricos, pág. 40.
5 A.M.A. Actas Capitulares 6 y 12 enero 1874. Leg. 141.
6 A.M.A. Actas Capitulares 6-4-74. Leg. 141.
(Publicadio en Moriles, Revista de feria, año 1995, p. 59)
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