Seguramente a las nuevas generaciones de morilenses el nombre de filoxera tan sólo les evoque el de una enfermedad de la vid que hace años atacó a estas plantaciones, pero muy pocos conocerán los trágicos efectos que produjo en esta zona de producción vitivinícola a finales del siglo XIX y principios del XX, justamente cuando se estaban fraguando los movimientos de emancipación que culminaron con la aparición del nuevo municipio de Moriles.
El primer foco de filoxera que se detectó oficialmente en España, fue en la provincia de Málaga, en julio de 1878 debido a unos pies de vid americanos infectados que habían sido comprados años antes en Burdeos donde ya la filoxera estaba haciendo estragos. A partir de ahí se extendió por toda España, llegando a los pagos de los Moriles a través de Lucena. Con todo, algunos fenómenos paralelos, e incluso anteriores, se van a dar en dichos pagos, aunque no esté documentado que se deban a la filoxera, pero sí hacen presagiar la terrible realidad que se avecinaba. El 27 de septiembre de 1876, el Diario de Córdoba, en su página 3, traía una noticia que titulaba “Triste nueva” y en la que, sin dar más explicaciones de la causa de la desgracia, comunica:
Dos días han bastado recientemente para que desaparezca casi por completo toda la cosecha de uva en el rico pago de los Moriles, donde se produce el afamado vino a que da nombre Montilla. Solamente algunos lagares, por su situación especial, han escapado a la general devastación, que ha de producir males sin cuento en aquella comarca.
Al año siguiente, en febrero de 1877, Aguilar no presentó, como había sido su costumbre, ninguna muestra en la exposición vinícola nacional que se celebraba cada año en Madrid, causando allí gran extrañeza (1). ¿Podemos hablar del principio de la filoxera o fue cualquier otra enfermedad de la vid la que casualmente acabó con la cosecha de ese año?
El 19 de septiembre de 1878, cuando ya la noticia de la plaga aparecida en Málaga era conocida en todos los medios vitícolas, aparece en el pago de los Moriles la primera referencia explícita a la filoxera, aunque aparentemente se trató de una falsa alarma:
D. Antonio de Ariza, propietario de viñas en este pago de los Moriles, al presentarse en fin de agosto último para hacer su vendimia, le alarmó el aspecto que ofrecían una gran parte de sus cepas y de los lagares inmediatos, porque todos los síntomas exteriores convenían exactamente con lo que caracteriza la existencia de la devastadora filoxera... Inmediatamente se avistó con el aventajado y estudioso perito agrónomo D. Luis de la Cámara y Carrillo quien (...) ha practicado un detenido y escrupuloso reconocimiento (...) y afortunadamente en ninguna aparece hasta hoy tan aterradora plaga. (2)
La prudencia y buen hacer del propietario tranquilizó a los agricultores durante un tiempo, pero once años más tarde, el 2 de julio de 1889 el Diario de Córdoba daba ya la terrible y temida noticia en su tercera página:
Según dicen de Aguilar, los propietarios de los Moriles han comunicado al señor Alcalde de dicho punto, que en sus viñedos se ha presentado una enfermedad que los mata, sospechándose con algún fundamento que sea la filoxera, habiéndolo participado al señor Gobernador de la provincia... (3)
Y el dos de septiembre de ese mismo año, la primera página del mismo diario se hace eco de la inquietud de los viticultores de Aguilar quienes nombran una comisión que se personó en el despacho del Ingeniero Agrónomo de Málaga, don Juan Álvarez Sánchez, experto ya en la lucha contra la plaga en aquella provincia, portando muestras de raíces de las vides de los pagos de los Moriles las cuales, tras los análisis realizados, resultaron plagadas de filoxera.
La plaga avanzó rápidamente por aquellos pagos y el terrible insecto acabaría en poco tiempo con sus magníficas cosechas y con las ilusiones de muchos agricultores. El 2 de agosto de 1892, también el Diario de Córdoba, mostraba en su tercera página este panorama desolador:
Respecto a las viñas, no podemos estar peor; la filoxera avanza en su marcha destructora, en los afamados pagos de los Moriles y Buena Vista; el mildew también progresa con rapidez, en tales términos, que nunca hemos visto tan atacadas nuestras viñas de plaga semejante, quedándose, por lo tanto, bastante mermada la cosecha.
La destrucción fue imparable y al año siguiente habían desaparecido más de la mitad de las cepas del pago de los Moriles, según un informe agrícola publicado en El Eco de Navarra:
La filoxera, que según cartas de Aguilar de la Frontera, ha matado más de la mitad de las cepas que vegetaban en el célebre pago de los Moriles, va acabando paulatinamente con los valiosísimos viñedos, y el mildew está a punto de acabar con la cosecha de este año, por no haber estado advertidos los viticultores(4).
Antonio Cortés , Ayamonte, febrero de 2011
_Notas____________________________
(1) Diario de Córdoba, 11-02-1877, p.2
(2) Diario de Córdoba, 19-09-1878, pág.2
(3) Esta noticia corrobora el escrito de comunicación hecho por el alcalde pedáneo de Zapateros, en junio de 1889, al Ayuntamiento de Aguilar comunicando la aparición de la plaga (Ver Maestre Ballesteros, Historia de la aldea de Zapateros. Siglos XVII-XX. p. 241)
(4) El Eco de Navarra, 19 de julio de 1893, p. 1
(5) Diario de Córdoba, 24 de noviembre 1904
(6) LOMA RUBIO, Miguel. El viñedo en la provincia de Córdoba. Universidad de Sevilla, 1983
(7) Diario de Córdoba, 18 de marzo de 1904, pp. 1 y 2
(8) El Defensor de Córdoba, 27 de febrero de 1907, p. 1
Ante esta dramática situación, los viticultores de la zona ponen manos a la obra siendo dos las principales soluciones que dan al problema. Por una parte, los más cautos optan por un cultivo alternativo sustituyendo las viñas por plantaciones de olivar, como leemos en 1904 en el siguiente informe:
Concretándome a esta región aguilarense, esencialmente olivarera, después de perdidos los viñedos de los insustituibles Moriles por la filoxera todos los propietarios se han dedicado al olivo como medio de producción más rápido y menos costoso.(5)
Pero, como explica el estudioso del tema de la filoxera en Andalucía, Miguel Loma Rubio, en las zonas vitícolas de Lucena, Aguilar, y Montilla “se lleva a cabo una eficaz replantación sobre pies americanos” consiguiéndose una completa y rápida recuperación del cultivo de la vid, con unos resultados inmejorables.(6) El laborioso trabajo y la fe en la tierra que cultivaban de muchos agricultores que siguieron con tesón y esfuerzo las directrices de los expertos, fue el verdadero artífice de la transformación. En marzo de 1904 un reportaje presenta en estos términos el proceso de recuperación y repoblación de las viñas de los Moriles y los Zapateros:
Parece inútil expresar aquí lo que dejó la filoxera de aquellos feraces viñedos (...) bastando con lamentar el cuadro tristísimo que ofrece la contemplación de aquellas fértiles tierras, donde todo fue abundancia, bienestar y belleza, y donde todo se convirtió en ruinosa esterilidad. (...) Pero hubo la fortuna de que apareciera por aquí un viticultor ilustrado y convencido... un modesto cuanto notable Perito Agrícola... don Pedro Antonio Lara, natural y vecino de Lucena... donde, predicando con el ejemplo, ha logrado abordar el problema de la repoblación por los procedimientos científicos y racionales.
Merced a sus entusiasmos y enseñanzas, que ha hecho extensivas a muchos jornaleros, están en parte repobladas y produciendo ya respetables cosechas, las siguientes fincas de los Moriles: Toledanos... Jesús... Figueroa... Tercia Alta y Baja... Lagarillo... El Desierto y los Pavos... Mendoza... Lagar Alto... El Fraile... Lagar del Monte... Lagar de los Zapateros (de Canela)... San Antonio... Porras... El Castillo... La Corneja y otros varios.
Todos estos lagares se hallan hoy en producción creciente, y sus mostos se buscan y se cotizan con gran estimación (...) el mosto logrado ahora en los injertos de la variedad europea Pedro-Jiménez, sobre el patrón americano, es tan bueno y estimable como los mostos de la planta europea (...) Entre los muchos lagares repoblados, sobresale el de Benavides, propiedad de don Juan de Burgos (...) Creo, por consiguiente, que no tardará este pago vitícola de los Moriles, con la planta americana, en adquirir su antiguo esplendor, igualando y aun superando los rendimientos de la vid europea. (7)
En 1906 se pudo dar por finalizada la lucha contra la plaga y la calidad de los caldos de ese año fue excelente sirviendo de referente a los cosecheros de Jerez que volvieron sus ojos hacia los Moriles comprando todos los excedentes de producción.(8) El comercio del vino volvía a sonreír a estos pagos trayendo de nuevo la alegría y el optimismo que animaron a sus moradores a soñar nuevas aventuras de libertad e independencia. Seis años más tarde la aldea de los Zapateros conseguiría esa vieja aspiración de codearse con los grandes en el mundo de la producción vitivinícola como municipio independiente.
Antonio Cortés , Ayamonte, febrero de 2011
_Notas____________________________
(1) Diario de Córdoba, 11-02-1877, p.2
(2) Diario de Córdoba, 19-09-1878, pág.2
(3) Esta noticia corrobora el escrito de comunicación hecho por el alcalde pedáneo de Zapateros, en junio de 1889, al Ayuntamiento de Aguilar comunicando la aparición de la plaga (Ver Maestre Ballesteros, Historia de la aldea de Zapateros. Siglos XVII-XX. p. 241)
(4) El Eco de Navarra, 19 de julio de 1893, p. 1
(5) Diario de Córdoba, 24 de noviembre 1904
(6) LOMA RUBIO, Miguel. El viñedo en la provincia de Córdoba. Universidad de Sevilla, 1983
(7) Diario de Córdoba, 18 de marzo de 1904, pp. 1 y 2
(8) El Defensor de Córdoba, 27 de febrero de 1907, p. 1
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