Por Rafael Ruiz Viso
En Moriles, el cuartel de la Guardia Civil se adhirió al golpe militar en la noche del 18 de julio. En la mañana del 19 se siguió el ritual habitual: incautación del Ayuntamiento, clausura de la casa del pueblo y del sindicato, y detención de las autoridades y los concejales republicanos con su encierro en la cárcel del matadero. Ni se pudo ni se intentó ninguna resistencia al golpe. Las autoridades podían salir a comer de uno en uno. Cuando, el 20 de julio, detectaron la entrada de una patrulla cívico-militar procedente de Lucena, para imponer el asesinato, el secretario del ayuntamiento, alias “El Tragalón”, pudo avisar a los detenidos y estos, a su vez, escapar y refugiarse en el campo. Después, la caza y captura.
La canalla, la chusma atea, los rojos insurrectos, la turba comunista, las hordas marxistas, etc..., de los indisciplinados y sus secuaces, por tan sólo, quizás, leer “el Socialista”, ser votante de izquierdas, tener familiar republicano destacado, discutir de política o mirar mal al cura, se tradujo en Moriles, sin frente de guerra, sin oposición a los sublevados, sin altercados, sin nada de nada, a parte de algún incidente en mitin comunista, en una relación (incompleta) de asesinados vilmente como la que sigue, además de los exiliados y represaliados, como Pedro Calvo García, Maestro Nacional, que estuvo preso en Lucena y Montilla para posteriormente ser depurado e impedirle ejercer su profesión:
*RAFAEL FERNÁNDEZ RUIZ, 43 años. Obrero. Apodado “Matasanos”. Padre de “Baú”. Concejal del PSOE. Fusilado por aplicación de la ley de guerra. 21 de Agosto del 36. Lo detuvieron en Caiseo y se lo llevaron en un coche negro junto a dos hermanos de 18 y 20 años de Puente Genil. Francisco Sardina, “El Primo Sardina”, 1º alcalde socialista, y “Piedralipe” no le acompañaron en el viaje a la muerte pues no cabían en el coche, así que permanecieron detenidos en el Cuartel de la Guardia Civil, situado al lado de la Plaza de Abastos. Al comunicarse éste con la casa de los “Fernandillos”, lanzaron gritos de angustia acudiendo los hermanos, Fernando y Francisco, que a su vez pidieron ayuda a P.S. quien les dijo que él no podía hacer nada por ellos. Ante este panorama, “Piedralipe” recurrió a que avisaran a Antonio Chacón. Se le comunica la situación y éste se dirigió al jefe de falange instándole a que como no los soltaran inmediatamente iba a ser él quien mataría a éste. La amenaza surtió efecto y así salvaron su vida.
La mujer de Rafael Jiménez, Carmencita Micaela, albergaba la esperanza de que su marido siguiese con vida pero “el Primo Sardina” contó como lo sacaban de la cuadra, y el Guardia Civil , alias “el Chato Sinvergüenza” iba dándole golpes “como majando esparto” yendo, prácticamente, muerto desde aquí. Su hijo, “Baú” nos cuenta que fue fusilado, junto con los dos hermanos puenteños, en las proximidades de la Casilla San Cayetano, ctra. vieja de Aguilar y que está enterrado en una fosa común del cementerio de Aguilar de la Frontera. El padre de estos se suicido a los pocos días lanzándose a un pozo sin agua, muriendo a los cuatro días.
*AGUSTÍN JIMÉNEZ JIMÉNEZ, 27 años. Tabernero de la Casa del Pueblo, situada en el 36 frente al actual Ayuntamiento. Fusilado por aplicación de la ley de guerra. 27 de agosto del 36. Su gesta, tras el alzamiento, consistió en incendiar los archivos municipales para no dejar información a los mercenarios, consiguiendo, de esta manera, salvar muchas vidas, aunque ello le costara la suya propia.
* RICARDO JIMÉNEZ JIMÉNEZ hermano del anterior. Era el presidente de los socialistas de Moriles. Como tantos otros tuvo que salir huyendo el mismo día del golpe y refugiarse en el campo. Tuvo una muerte doblemente trágica pues murió a manos de uno “de los suyos”. Tenía novia en Santa Cecilia, María "Labardonera" se llamaba, y un día, cuando caminaba hacía allí para verla, paró en un cortijo de los Arenales para pedir un poco de agua con la mala fortuna que el casero que lo recibió, al verlo también arreglado y tan presentable, lo confundió con “un señorito” y lo mató. Hay que decir, que en esos primeros meses, el terror instaurado fue terrible, si en Moriles fueron asesinados 12 ó 13 personas, en Puente Genil fueron 1.000 las víctimas, en Baena 700 y en Aguilar 150. Francisco Montemayor, nos dice que como era estudiante y muy bien parecido, con pelo rizado y gafas, el aspecto lo confundía con alguno de sus represores. Un hermano suyo, José Jiménez, ya fue despedido de esta vida con bandera republica y música, sin pasar por la iglesia. También la hija del gato negro, de la cochera.
* FRANCISCO CARMONA FERNÁNDEZ, 50 años. Apodado “el Pavito”. Su historia y la del hijo se narrarán más adelante.
* MANUEL CARMONA LLAMAS, 19 años, hijo del anterior. “Pavito hijo”
*JUAN VIDA CARMONA, Juanaco. Sobrino de Francisco Carmona. Era Sereno y padre de “la Serena”. Casi enloquecido con lo ocurrido a sus familiares, un día apareció en la Fuente Vieja siendo detenido por un tal Carrancha, Guardia Civil, al parecer gitano, muy dado a darle al gatillo. Tras darle tabaco a los guardias se lo llevaron a falange donde fue torturado quedando en tal mal estado que lo mandaron desparecer.
*ALEJANDRO GARCÍA RAYA, hijo de García. 25-30 años. Vivía en la calle Monturque. Estando en la casilla Porras, Francisco Montemayor le avisó que le estaban buscando en “la lamea”. Rápido se fue a casa de su tía, Araceli Doblas, quien le recomendó que se escondieran en una ramonera de la calle Monturque. Posteriormente, le propusieron junto a Emilio Bartolo, afiliarse a Falange para evitar posibles represalias. Francisco los vio como lo introducían en un coche negro y desde el Cuartel de la Guardia Civil se lo llevaban a Aguilar de la Frontera. Allí fueron reconocidos por un número de la Guardia Civil, destinado en Moriles, “el Chato Sinvergüenza” le llamaban, acusándoles de comunistas y, a modo de jueces, los sentenciaron a muerte y a ser mandados a desaparecer.
En la segunda guerra mundial, los nazis enviaban a los judíos a las cámaras de gas haciéndoles creer que iban a una desinfección de su cuerpo, aquí varios años antes, a los republicanos se les proponía, para salvar sus vidas, afiliarse a la Falange, para posteriormente secuestrarlos, torturarlos y finalmente fusilarlos. Estos son los casos, que sepamos, de Anafre, Emilio Bartolo, Romerillo y Juan Cabezas, estos últimos de las Navas y recomendados por el alcalde del momento.
*EMILIO BARTOLO CABEZAS. Junto a Anafre, fue fusilado en Aguilar de la Frontera.
*FRANCISCO AGUILAS, 70 años. Se apodaba “el Macho Meón” y según parece buscaban a su hijo de igual nombre. Cuentan que, éste, cuando un camión de la muerte, llegó a su casa preguntado por Francisco Águilas les dijo a estos que se encontraba durmiendo en una era cercana. De esta manera, bien por error, bien por ser delatado por su propio hijo, para salvar su vida, fue detenido y eliminado, con 70 años. En ese clima de pánico colectivo se podía esperar cualquier cosa.
*AGUSTÍN CANTERO LUNA, hijo de Cantero. Su padre era barbero. Tenía novia, la hija de Conejeras, pero la familia de ésta no lo aceptaba por socialista. Alguien cercano lo delató y le costó la vida. Al ser fusilado ella no se casó con nadie y murió soltera
*FERNADO CARMONA CÓRDOBA, hijo de Palomas. Al igual que los demás: secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido.
* FRANCISCO RUIZ ARANDA. Campesino. Fusilado el 26 de Agosto de 1.936 a las 6 a.m. en Lucena. Según nos cuenta su nieto Francisco Ruiz, es detenido en la Corneja, cuya finca tenía en arrendamiento, y conducido hasta Lucena, siendo el primero de los vecinos del pueblo en ser asesinado por los sublevados.
*JUAN MANUEL LLANOS PIZARRO, 35 años, albañil. Asesinado en Córdoba capital el 18 de agosto de 1.936
A TODOS ELLOS PÓSTUMO HOMENAJE POR DEFENDER LA LIBERTAD QUE NOS QUITARON.
La vida de los muertos perdurará en la memoria de los vivos”. -Marco Tulio Cicerón-
La vida de los muertos perdurará en la memoria de los vivos”. -Marco Tulio Cicerón-
Autor: Ruiz Viso, Rafael
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